¿Qué es lo que más echarías de menos si te fueras de Alemania? O, ¿es que echarías algo de menos?
Ésta es la pregunta que Marta, del blog lalibretaroja.com, me formuló. La verdad es que nunca antes me había planteado lo que echaría de menos de Alemania si nos fuéramos.
Sin embargo, tras la pregunta de Marta y considerando que transcurridos ya varios años desde que vivimos en Alemania y lejos de aquella primera vez, hay ciertas cosas de la cultura alemana que me han conquistado y quiero compartirlas en este post.
Cuidado que aquí no es oro todo lo que reluce. Lejos de pensar que Alemania es perfecta, lo mejor de conocer una nueva cultura es que no renuncias a la tuya. Lo mejor de conocer una nueva cultura es descubrir que puedes conocer otras costumbres que también pueden gustarte.
Una vez aclarado esto, ahí van las cosas que más echaría de menos de Alemania.
Kaffee und Kuchen
Permíteme comenzar por lo más dulce.
Pero es que antes de venir a Alemania yo únicamente conocía una sencilla receta de bizcocho simplón. Todo el mundo de la pastelería era el gran desconocido para mí.
Hasta el día en que conocí a mi vecina alemana. Fue ella quien me abrió la puerta al excitante mundo de la repostería alemana y con quien he descubierto a hornear infinidad de recetas alemanas para cualquier ocasión.
Con decir que el electrodoméstico imprescindible de mi casa es, para mí, el horno, lo digo todo.
Es una de las cosas que también se puede reflejar en el blog, puesto que soy defensora de practicar alemán con uno de tus hobbies. El mío es la repostería alemana, así que creé la sección «Backeando con Elisabet» con recetas para practicar alemán.
Mis fabulosos vecinos
Estoy segura de que esto no sorprenderá a nadie, puesto que lo he compartido en más de una ocasión. Pero es totalmente cierto a la vez que necesario.
Dulces a parte, una de las verdaderas cosas que más echaría de menos no es una cosa, son personas.
Si no fuera por ellos, por mis fabulosos vecinos, mi integración en Alemania hubiera sido, sin duda, infinitamente más difícil. Tanto mayores como jóvenes. Ellos me han demostrado que la amistad no tiene edad.
Mi querida vecina, quien me ha descubierto el maravilloso mundo de la repostería alemana, tiene más de 70 años. Y más allá de convertirse en una vecina a la que saludar en el ascensor, se ha convertido en una gran amiga.
Aunque tengo que destacar que nuestra actitud depende mucho también. No podemos pensar en «pedir», sino en «dar». Y después nos damos cuenta de que, cuanto más damos, más recibimos.
Mis amigos
Para mí es también muy importante poder hacer amistad allá donde vives con alguien que te inspire mucha confianza y que te saque lo mejor de ti.
Curiosamente tengo amigos y amigas muy distintos entre ellos aquí en Alemania. No todos son necesariamente alemanes, pero me enorgullece poder tener amigos alemanes para quienes su cultura es totalmente distinta a la mía y, sin embargo, congeniamos bien.
Por ejemplo, una de mis mejores amigas tiene 7 hijos y no está presente en las redes sociales. A mí me apasiona el blog y lo comparto con ella del mismo modo que ella comparte sus pasiones conmigo. Otra de mis amigas es cantante de ópera y sólo sabe qué es un blog porque sabe que yo escribo uno.
Son amigas especiales con quienes descubro parte de la cultura alemana que no podría descubrir de ninguna otra forma.
Las 4 estaciones del año
Los colores de la vegetación y del cielo en Alemania en cada estación conquistan el corazón de cualquiera. Y en invierno hace frío, sí. Pero en verano hace calor.
Cada estación tiene su encanto, sus tradiciones, sus fiestas y sus temperaturas. Y disfrutar de cada una de ellas es uno de los motores de la vida cotidiana.
El «élfico» alemán
Sí, aunque parezca mentira, haber aprendido alemán confieso que me ha abierto la mente.
Es difícil explicar como, en lugar de parecer engorroso y difícil de mantener, con el tiempo y mucha paciencia somos capaces de conservar lo que ya conocemos e incorporar en nuestra mente nuevos aprendizajes.
Como diría mi papi: «todo lo que sabes puedes llevártelo en la maleta sin declararlo».
Cuando no tenía ni idea de alemán y alguien lo hablaba, me sonaba a una música totalmente desconocida y sin sentido para mí. En cambio, ahora, cuando me hablan y lo entiendo tengo una sensación de autorealización muy importante.
Incluso hay palabras que expresan conceptos en alemán que no existen en español y terminas antes diciéndolas en alemán.
La Navidad
La tradición alemana por excelencia.
El espíritu navideño que experimento en Alemania es muy distinto del que yo conocía, pero se ha ganado un rinconcito en mi corazón.
Para mí, la Navidad es familia. Y eso precisamente aquí no tengo. Bueno, con perdón de mi marido y nuestra querida «Prinzessin S». Pero imagino ya me entiendes.
Sin embargo, el cómo viven en Alemania la época de Adviento hace que el invierno se viva con alegría más allá de tardes oscuras y grises. Cuando aparece el Weihnachtsmarkt y todos nos vemos allí, el «mood» que se respira hace que te sientas en familia.
El pan alemán
Algo que me maravilla de mantequillalandia es el pan.
Tengo la impresión de que antes en España era el pan muy bueno. Ahora, lamentablemente, todo se acelera, abarata y estresa. Y, con ello, los productos.
En mi ciudad natal, Barcelona, apenas encuentras un pan que dure tierno de la mañana a la noche. Y, aún más difícil, que no sea congelado. Gracias a mi fuente más fidedigna me consta que antes no era así.
Así, lo primero que me llamó la atención en Alemania sobre el mundo del pan, a parte de ser muy distinto {bastante más mazacote} y con infinidad de distintas variedades, era que duraba varios días fresco.
Distinto en cada una de las regiones alemanas, el pan es, en la mayoría de casos, tipo «de molde». Si no lo cortas en la panadería, sino que lo haces en casa cuando vas a consumirlo, se guarda muy bien fresco.
No quiero ni mirar cuántas calorías tienen los panes alemanes, pero algún vicio tenemos que tener en esta vida.
Mi favorito, este Sechskornbrot {que no Sexkornbrot que siempre la lío en la panadería}:
Los choques culturales
Por muy raro que parezca, estoy segura de que los echaría de menos.
Con esto me he dado muchos tortazos. Pero no únicamente con la cultura alemana, sino con las diferentes culturas que conviven en Alemania.
Si ya de por sí es difícil entenderte con las personas de tu país, en ocasiones casi imposible, imagina intentar comprender a alguien que no está acostumbrado a hacer las mismas cosas que tú.
En Alemania he aprendido que «lo normal para unos no tiene porqué ser lo normal para otros». Y, a pesar de los tortazos, debo reconocer que esto me ha ayudado a crecer. He metido la pata hasta el fondo en algunas ocasiones por considerar que algo que yo hacía era, para mí, «lo normal». Pero resulta que para la otra persona era algo totalmente fuera de lugar.
Y todos estos tortazos provenientes de choques culturales me han ayudado a ser más comprensiva, permisiva y tolerante.
La tranquilidad
En ocasiones tanta tranquilidad puede parecer aburrida, pero cuando vuelvo a Barcelona, a pesar de que la amo con todo mi corazón, siento que por las calles, más que disfrutar de un paseo, se respira un cierto estrés.
En Alemania me gusta el «Ruhezeit», esa regla con la que se supone que no se puede hacer ningún tipo de ruido de 22:00h a 06:00h.
El eterno reto
En casa, en tu patria, tienes siempre una cierta comodidad. Todo lo conoces y tienes a los tuyos cerca.
Sin embargo, vivir lejos genera en ti una especie de reto de superación constante. Hay épocas difíciles, muchas. Por eso tienes la oportunidad de descubrirte a ti mismo y darte cuenta de lo que eres capaz.
Este reto constante reconozco que es un propulsor de mi rutina diaria y que, a pesar de que es difícil afrontarlo, siempre consigue sacar lo mejor de mí.
¡Tu turno!
Si te fueras de Alemania o de tu país de residencia, ¿qué echarías de menos?
36 Comentarios
Ana
27 noviembre, 2017 a las 7:34Pues yo echaría de menos lo educados que son conduciendo (en general), en España me genera mucho más estrés incorporarme a una autopista y aquí te dejan paso en cuanto te ven…echaría de menos las flores en todo el lado y la posibilidad de tenerlas en casa con frecuencia, en España parecen mucho más inaccesibles y por supuesto la cerveza y mi querido DM (también Müller o Rosemann)😙😙😙😙😙
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 8:02Oh! Ana, muchas gracias por compartir tu opinión y experiencia! Muy cierto lo que comentas sobre la conducción. Y por supuesto las flores 😍
Roseta
27 noviembre, 2017 a las 9:46Hola chicas! ¿De verdad pensais que son más educados conduciendo? Qué curioso, porque mi experiencia es totalmente la contraria… jeje Supongo que todo dependerá de nuestro lugar de procedencia en España y del lugar dónde vivimos en Alemania, no? 😉
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 9:56Hola Roseta, en mi caso conduzco más “tranquila” también en Alemania. Si pretendes adelantar, en general siempre te ceden y también al entrar en alguna calle. Aunque quizá, como dices, depende de la zona.
Ana Laura
27 noviembre, 2017 a las 9:18Hemos estado hablando de esto con mi marido, periódicamente lo hacemos, ya que nuestro paso por Alemania será sólo de 11 meses (y ya estamos cerca del final). Nosotros somos de Argentina, de una ciudad del interior del país.
Lo que más vamos a extrañar de Alemania es el «respeto» que tiene la gente en la vida en general: conducir, darte paso en la calle como peatón, etc., y por sobre todas las cosas la «seguridad» que respiramos día a día. Lamentablemente esto no pasa en nuestro país: tenemos que ir caminando por la calle prestando mucha atención que nadie nos esté siguiendo para robarnos, no andar solos por la noche (mañana y tarde), etc. Eso aquí en Alemania es muy diferente.
Otra de las cosas que me sorprendió desde el primer día (y me sigue sorprendiendo), es poder entrar a las tiendas con tu bolsa cargada de cosas sin que nadie te mire raro o te pida mostrar lo que llevas -porque puedas estar llevándote algo de la tienda sin pagar. Creo que es algo que a nadie se le ocurre ni pensar (que te lleves algo). En nuestro país a cualquier tienda que entres, en general, tienes que dejar tus bolsas de otras compras en un mostrador especial o en un tipo locket… Creo que tengo unas cuantas cosas más que vamos a extrañar, pero también tenemos cientos de cosas que extrañamos de nuestro país y nuestra ciudad!
Eider
27 noviembre, 2017 a las 9:48Hola,
pues seguramente dependerá de la ciudad de origen y de la de destino pero yo sí creo que son más educados al menos en ciudad, o en mi ciudad y sobre todo con el tema bicis, como esperan sin pitar a poder adelantarte y como van detrás de ti sin agobiar, a mí me hace estar tranquila cuando tengo que ir por la calzada y viene un coche detrás.
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 9:58Lo de pitar menos que en España sí es muy cierto! Una vez me distraje siendo la primera en un semáforo y se volvió a poner rojo y nadie me pitó 😳😌
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 9:55Muy ciertas ambas, Ana Laura, gracias por animarte a compartirlas!
Eider
27 noviembre, 2017 a las 9:45Ay que se me ha borrado todo el comentario, pues ahora lo digo resumido. Que una cosa que echaría de menos es el respeto por los animales y la naturaleza, no sé, para mí tienen otra forma de tratarlos y de cuidarlos.
Y muchas de las cosas que has mencionado en tu post también. 😀
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 9:55Muchas gracias Eider!!
Roseta
27 noviembre, 2017 a las 9:55Hola Eli, coincido contigo en casi todo. 😀 Y para completar, yo creo que también echaría de menos: ir en bici a todas partes, los baños impolutos, los drogerie Markt, la organización (arma de doble filo, a veces, jejje), los veranos suaves del sur… y la grandísima variedad de ensaldas que trae la gente a las barbacoas. Me explico: en España solemos tener ensaladas, claro que sí, pero yo de la ensalada mixta, ensalada de pasta y la ensaladilla rusa, no salía, Sin embargo, aquí, me ha pasado lo que a tí con la repostería, he descubierto un maravilloso mundo paralelo: Karroten-Rohkost, Paprikasalat, Brokkolisalat, Gurkensalat, Sichtsalat, Kartoffelnsalat, Griechischesalat… mmmm! Que gozada! 😉
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 9:58Oh! Gracias a Roseta! Saludos***
Angelina
27 noviembre, 2017 a las 10:03Si tuviera que dejar Alemania, extrañaria la seguridad de andar tranquila en las calles sin temor a que te sigan, te griten alguna groseria (piropo segun los hombres de mi pais) o que te robe. Las casas son muy bonitas, los colores y que no estan llenas de rejas y protecciones como en mi pais. La honradez, realmente me llama la atencion; en Chile, por ejemplo, tu pagas la bencina antes de cargar y si quieres llenar el tanque obviamente tienes que dejar un documento en garantia, aca es despues de llenar el tanque. O cuando vas a una tienda con la bolsa llena como dice Ana Laura y nadie te mira feo jajaja. Tambien el respeto por los animales y que puedas ir a un restaurant o viajar en el transporte publico con tu mascota. Y bueno el sistema de salud que si bien no es perfecto, es mucho mejor que el de mi pais. Lo de los conductores no, no se si es la zona pero aca manejan horrible (incluso mi novio aleman lo dice).
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 10:39Lo de andar más seguro por la calle también lo comparto! Gracias Angelina por animarte a compartir tu opinión 😊
Neus Cañellas
27 noviembre, 2017 a las 11:12Hola Elisabeth
Me ha encantado lo que cuentas sobre Alemania y coincido en todo. Yo soy de Barcelona como tú y he estado viviendo en Munic durante 26 años ! AEn esta ciudad tan xula han crecido mis tres hijos . Digo he estado porque justo hace unos meses hemos regresado a Barcelona.
Voy a echar de menos Alemania, donde he vivido estos cambios de estaciones del año,, con la nieve en invierno yendo con los peques en trineo al parque, los paseos en bicicleta por el Englischer Garten, los Spielplatz en cada barrio tan bonitos..En invierno los mercados navideños con esa magia especial ..
Bueno podría seguir pero no quiero enrollarme más.
Claro que al principio también fue todo un reto aprender alemán y no fue fácil, pero vivir en Alemania me ha aportado no sólo vivencias, sino ver que hay muchas formas de entender la vida
y eso me lo llevaré conmigo siempre .
Un abrazo y me encantan tus crónicas germánicas !
Neus
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 11:57Muchas gracias Neus por compartir también tus impresiones y vivencias!! Un saludo rumbo Barcelona*
Paco moreno
27 noviembre, 2017 a las 11:24Buenos días desde spain yo creo que el clima de cada país influye sobre las personas aquí vivimos muncho la calle y los países del norte de Europa están mas en casa pero esto lo hace el clima y esto creo que es normal y pongo un ejemplo un poco raro que algunos le parecerán una tonteria pero la fruta para que sea mas dulce nesecita los rayos del sol y no quiero decir que ningún país se mejor que otro gracias
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 11:57Gracias Paco por expresar tu punto de vista.
vicente montaña guillem
27 noviembre, 2017 a las 17:48Yo echo de menos el sentido de la responsabilidad, el orden y la puntualidad. Aunque adoro mi país, España, sigo echando de menos esas cualidades que he descrito, y que practico normalmente. Un saludo.
Elisabet
27 noviembre, 2017 a las 19:01Gracias Vicente por tu aportación. El tema del orden y la puntualidad por aquí es un buen punto! Aunque me doy cuenta que es un tema cultural 😅
Frau Sonnenblume
28 noviembre, 2017 a las 10:09No puedo quedarme sólo con 10. 😂Me repito con varias cosas: mi bici, los helados en invierno, el respeto por los animales, que los perros puedan entrar a todos los locales, que no haya tele en las cafeterías, el silencio tanto en la calle como en los restaurantes, los mercadillos navideños, que cada día sea un día de superación, las estaciones tan marcadas, el Kaffee und Kuchen, tantas variedades de pan y todas tan ricas, y lo mismo con las ensaladas, los baños públicos y en general limpios, la poca contaminación lumínica, la limpieza de las calles, las fachadas impolutas, las flores, el respeto por los ciclistas, los hobbies a buen precio (VHS)… y mejor pongo puntos suspensivos. 😀
Elisabet
28 noviembre, 2017 a las 13:02Gracias por tu aportación!!
Vicenç
1 diciembre, 2017 a las 7:37Yo soy de un pueblo de la Costa Brava y lo que más me ha chocado siempre es que en absoluto son chismosos y no se meten en la vida personal de uno.
Elisabet
1 diciembre, 2017 a las 9:47Gracias Vicenç! Es curioso, sí
Susana Panea
1 diciembre, 2017 a las 8:23Hola Elisabet,
Yo también soy de Barcelona y llevo ya 11 años en Berlín, sin fecha de regreso por el momento. Ademas de todo lo dicho, lo que primcipalmente echaría de menos es la bicicleta, es mi medio de transporte para casi todo gracias al remolque. En otros derroteros: el respeto a la infancia, no entrar en el cole hasta los 6 años y dejar a los niños jugar y jugar, el no abuso de los antibióticos en los niños pequeños ni en los adultos, que la escuela alternativa esté subvencionada, el respeto a los animales y el amor por la naturaleza y los viajes. El carácter alemán es ciertamente dificil hasta que aprendes a tolerarlo-tratarlo pero nos pueden enseñar muchas cosas a la gente del sur (y a la inversa)
Elisabet
1 diciembre, 2017 a las 9:47Muchas gracias Susana por aportar tu experiencia!
Irene
1 diciembre, 2017 a las 9:33Hola Elisabet,
Coincido contigo en todo lo que dices. Yo también echaré de menos todos tus puntos y
otra cosa que también echaría de menos es LA SEGURIDAD. Ver las casas de mis vecinos abiertas noche y día es algo que aún me sigue alucinando, dejar la taquilla abierta en el gym con toda la tranquilidad y un sin fin de cosas que se pueden hacer en Múnich que en Madrid sería totalmente inviable, ¡qué pena!
Gracias por tu blog. Ya veo que subirás la receta de las galletas. Lo espero ansiosa…
Un abrazo.
Elisabet
1 diciembre, 2017 a las 9:48Muy cierto Irene!! Una vez incluso se me cayó el bolso de la bici y un hombre desconocido se lo llevó a mi vecina 😳🙌🏻
Susana
1 diciembre, 2017 a las 12:53Mi familia alemana «del corazón». Ellos me enseñaron a amar ese maravilloso país.
Elisabet
1 diciembre, 2017 a las 16:33Oh! Gracias Susana!
Elena
2 diciembre, 2017 a las 18:03Comparto mucho de los puntos Elisabet, sobre todo el sentir todas las estaciones del año. Algo que echo de menos es la forma de reciclaje en Alemania. Aquí en España parece que no se tiene en cuenta y da igual que recicles o no. Allá es todo más serio.
Un beso enorme!
Elisabet
3 diciembre, 2017 a las 0:24Gracias Elena por compartir tus impresiones!
marta - lalibretaroja
5 diciembre, 2017 a las 17:08Eli, muchíiiisimas gracias por unirte 🙂 ¡No sabes la ilusión que me ha hecho!
Se te lee muy a gustito y eso es bueno.
Kuss 🙂
Elisabet
5 diciembre, 2017 a las 18:01De nada Marta! Un placer. Parece que llegué a tiempo 😅😘
Marta
1 agosto, 2018 a las 1:36He descubierto tu blog buscando una receta y estoy disfrutando mucho al leerlo. Enhorabuena.
Yo viví dos años en Köln, del 1998 al 2000, y me trataron genial; tuve un trabajo estupendo, buenos amigos y la pareja perfecta.
Mi marido es alemán, tuvo a bien arriesgarse a venir conmigo a Santiago de Compostela en el 2.000 y aquí estamos desde entonces. Mantenemos mucho vínculo; vamos 3-4 veces al año a su casa y desde luego todas las navidades. También familia y amigos nos visitan con frecuencia. Nos entretiene comentar las diferencias entre nuestras culturas. Algo que hemos comprobado a menudo es que los alemanes son en general menos “diplomáticos” y son comunes comportamientos que aquí rozan la mala educación; cada uno paga sin pudor su consumición o empiezan a comer al llegar su plato a la mesa sin esperar al resto (les parece más importante que la comida esté caliente), en general te dicen con una claridad y sinceridad apabullante lo que quieren o lo que no. Nuestro exceso de amabilidad es en ocasiones falso y también un engorro (a mi me enseñaron a decir que no la primera vez que me ofrecen algo aunque lo quiera y por supuesto a ser reiterativa en mis ofrecimientos. Incluso el idioma no permite la imprecisión, algo muy presente en mi entorno (será también por tratarse de Galicia).
Elisabet
1 agosto, 2018 a las 12:27Muchas gracias Marta por tus bonitas palabras para el blog y por animarte a compartir tu experiencia! También pienso que suelen decir las cosas tal cual son y en ocasiones me sigue pareciendo algo fuerte 😅