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Niños bilingües: razonamientos aplastantes

4 noviembre, 2015

Si los niños ya realizan razonamientos aplastantes de por sí, cuando se trata del apasionante mundo de los idiomas, te dejan de piedra.

El hecho de tener niños bilingües en casa hace que, en cuanto empiezan a dominar varios idiomas, realicen unos inocentes razonamientos capaces de desarmar a cualquier adulto.

Hoy comparto contigo divertidas situaciones que me arrancan una sonrisa cada vez que las vivo con mi pequeña «Prinzessin S». Paréntesis para cuando ella sea capaz de leer esto: Princesa, ya tienes 4 años y ya no eres pequeña, pero sabes que para mí siempre serás «mi pequeña», ¿recuerdas?

niños bilingües 03

Sabemos que traducir literalmente de un idioma a otro no se puede hacer, puesto que, en la mayoría de ocasiones, puede dar lugar a divertidas situaciones en las que uno de los 2 interlocutores no entienden «de qué va la película». Eso lo vemos con mucho humor en {AA} Alemán Académico.

Aun así, solemos recurrir a una traducción literal cuando desconocemos cómo se dice algo concreto en un idioma.

¿Y qué sucedería si quien lo hace es un niño? Nos encontraríamos situaciones tan divertidas como éstas.

También no

– «Prinzessin S» ¿quieres un poco más de carne?
– No, mami, gracias
– ¿Y un poco más de verdura?
– También no
– ¡No! «También no» no, «tampoco»
– También tampoco

Con esta anécdota, 100% verídica, pretendo compartir la importancia de ayudarles. Lo vital que es insistir y ayudar a nuestros peques en el aprendizaje correcto de un lenguaje minoritario en el país de residencia. No resulta nada sencillo, puesto que a veces «la risa te puede».

Lo que hizo mi pequeña, con la que hablo siempre en español y con quien mi marido sólo habla en alemán, fue traducir literalmente del alemán al español para responderme.

«Auch nicht» equivale a «tampoco», pero literalmente significa «también no».

La salsa del asunto vino cuando, al indicarle que no se dice «también no», sino «tampoco», ella me contestó un pupurri diciendo «también tampoco», por seguir pensando que debía tratarse de 2 palabras, como en alemán.

Uno y cincuenta

– ¿Contamos mami?
– Sí, ¿hasta cuánto?
– ¡Hasta uno y cincuenta!

Los números en alemán son al revés. Si el élfico alemán es ya de por sí difícil, ¿cómo te quedas si te digo que, en lugar de «cincuenta y uno» en alemán se dice «uno y cincuenta»?

Mi pequeña de momento sabe contar hasta 14. Pero, el hecho de haber escuchado «Einundfünfzig» {literalmente uno y cincuenta} en algún lugar aquí en Deutschland le hizo equivocarse al intentar, de nuevo, traducir literalmente por aún no conocer el número «51».

Papás… ¡Y mamás!

– Mañana a la fiesta vendrán los niños con sus papás
– ¡Y con sus mamás también, mami!

Sí, venían con ambos. Pero a «Prinzessin S» le resultaba extraño que no citase a las mamás si había citado a los papás. El caso es que en alemán se suele utilizar una palabra que incluye a ambos géneros, como vimos al hablar de Eltern.

Ella echó de menos el verbalizar «mamás», puesto que aún no tiene interiorizado que en español el «papás» puede incluir tanto al papá como a la mamá.

Sagggggha

– Hoy he visto a la mamá de Sara, «Prinzessin S»
– ¡Saggggggha mami!

{léase un intento de mi hija por ayudarme a pronunciar correctamente «Sara» en alemán}

Y es que ir a Alemania significa tener que aprender a pronunciar.

Muchos de los sonidos son distintos o, directamente, en nuestro querido español no existen.

Y es una de las cosas más importantes de aprender el idioma. Aprender a pronunciarlo. Muchas personas se atemorizan por el hecho de no declinar bien. Y eso, dicho por las propias profesoras de alemán, no es lo más importante, puesto que algunos alemanes tampoco declinan bien.

Lo más importante es poner las palabras en la frase el orden que toca y pronunciar correctamente. Para lo primero toca estudiar mucha gramática. Para lo segundo, toca hablar. Tan sólo así se aprende a pronunciar. ¡Nada de tener vergüenzas!

Ya soy 4

Recientemente fue el cumpleaños de «Prinzessin S». Así que ella, toda orgullosa, repetía y repetía una frase hasta la saciedad cada vez que coincidíamos con alguien: Ich bin schon vier.

Cuando me lo quería decir a mí, porque pretendía enfatizar que ya es mayor, me decía:

– ¡Mami, ya soy 4!

Y he aquí el asunto: en alemán no se tienen años, en alemán «se es» tantos años.

De ahí que, en muchas ocasiones, tener o no tener sea la cuestión.

Éstas son varias de las anécdotas del día a día que suceden en casa, por tratarse de un hogar bilingüe. Seguramente a ti también te sucederán situaciones parecidas e igualmente divertidas. Las he querido compartir contigo para recordarme a mí misma la importancia de seguir esforzándonos cada día en ayudar a nuestros pequeños con el idioma.

En mi caso me crié bilingüe español-catalán. Al irnos a vivir a Alemania escogí uno de los dos {el español}, porque fui consciente de que, para que mi hija pueda digerir y asimilar bien un idioma, una persona debe hablarle siempre el mismo. Con el corazón un poco encogido porque mi lengua materna es el catalán, mi hija crecerá en español y alemán. Suerte que cuento con la ayuda de mi madre para que conserve también una de las lenguas con las que yo me crié {el catalán} y toda su cultura.

He escuchado que un niño pequeño que empieza a hablar y, por tanto, a asimilar los idiomas, es capaz de asimilar hasta 7 distintos. Sí, parece increíble, pero nuestro cerebro está preparado. Eso sí, es importante que cada persona le hable únicamente en un idioma. Siempre el mismo. Así, el niño lo irá digiriendo sin dificultades. Quizá tarda algo más en hablar, pero lo logrará.

Vivir en un país donde tu idioma es minoritario {en mi caso el español}, no es sencillo. Mi hija está rodeada de otro idioma totalmente distinto y, personalmente, considero que debo ayudarla. Mi objetivo es que consiga dominar ambos idiomas por igual y regalarle el mejor de los regalos con quien alguien te puede obsequiar en esta vida: ser bilingüe.

¿Alguna experiencia o anécdota con los idiomas en casa que te animes a compartir?

  • Responder
    Mamá en Bulgaria
    4 noviembre, 2015 a las 8:56

    En casa es parecido. También tengo que mantener vivo el idioma minoritario, y también hay anécdotas constantes como las que cuentas. En búlgaro también «se es» tantos años, por ejemplo.
    No siempre es fácil, pero ¿y lo que nos reímos? 🙂

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:07

      Jajaja! Eso seguro. Besos guapa***

  • Responder
    Montse
    4 noviembre, 2015 a las 9:45

    Hola Elisabet, me gusta mucho esta entrada. Las mías son aún pequeñas pero imagino que también tendremos anécdotas una vez empiecen a hablar. Hay que tener lucha disciplina cuando sólo eres tú quien les habla en otro idioma y están rodeadas de gente que les habla en otra lengua, pero eso es fuente de tanta riqueza que tienen mucha suerte de llevarlo de serie. Un saludo

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:08

      Gracias Montse!

      Un saludo*

  • Responder
    Caterina
    4 noviembre, 2015 a las 10:24

    Hola Elisabet! Que anécdotas más divertidas!
    Si, los niños pueden aprender hasta 7 idiomas diferentes, lo difícil es que los mantengan cuando se hacen mayores… Yo también he crecido bilingüe catalán-castellano y además trabajo en una guardería bilingüe alemán-español, y la clave es ser siempre CONSECUENTE con el idioma, como tu bien explicas.
    Un consejo: no hay que corregir a los niños con una negación, con el tiempo eso puede llegar a frustrarles y perder el interés por el idioma. Hay que optar siempre por el refuerzo positivo!. P.ej. «Ah, que TAMPOCO quieres verdura?»

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:08

      Muchas gracias Caterina!!

  • Responder
    En Irlanda
    4 noviembre, 2015 a las 11:18

    Es lo mas divertido que me ha pasado en mucho tiempo, trabajar con peques bilingües inglés-castellano. Aquí van algunas de mis favoritas:

    «¿Cuando te vas a marriar?» (si juntamos get married y casarse)
    «Necesito rubar este dibujo» (rubber y borrar cuando pintamos algo)
    «jajaja solo estaba bromando/jokando» (de bromear y joke)
    «Los juguetes están en Sara’s habitación» (el genitivo sajón queda bien en cualquier idioma)

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:10

      Qué grandes!!!

  • Responder
    Meri
    4 noviembre, 2015 a las 11:18

    Ha ha ha ha…me ha encantado el post. Yo me parto de la risa cuando escucho a mi hija decir en alemán: uff, Ich schwitze wie ein Huhn!…o intentar traducir para decirle a su padre: te quiero mucho, como la trucha al trucho!. Y es que en casa también tenemos los dos idiomas separados, mamá espanol, papá deutsch…

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:09

      Jajajaja! Muy divertido Meri!

  • Responder
    Laura
    4 noviembre, 2015 a las 11:38

    Muy buen post!
    En casa también tenemos muchas anécdotas de este tipo. A mi lo que me encanta es cuando conjugan un verbo con la terminación del otro idioma. De saltar sería salto pues el pequeño alguna vez ha dicho springo (de springen) 🙂
    Lo que dices de la pronunciación me parece fundamental! Antes de cualquier otra cosa debemos asegurarnos que la pronunciación de las vocales y consonantes es la correcta, porqué al cabo de un tiempo es muy difícil de corregir. Conozco a gente que su alemán gramaticalmente hablando es impecable, pero su pronunciación da miedo!
    Un abrazo Elisabet!

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:11

      Jajaja!! Cierto Laura, hay que ayudar que sino se nos descarrilan!

      Un saludo*

  • Responder
    Servidora Tedesca
    4 noviembre, 2015 a las 18:23

    🙂 Tienes razón, lógica aplastante!
    Yo no tengo hijos, pero una amiga me contaba que al principio, cuando recogía al niño de la guardería, la profesora le decía que el niño se quejaba mucho, pero que no sabía por qué y el niño no le sabía explicar qué le dolía.
    Luego descubrió que el niño solo quería agua, o sea «aua!»
    Yo me partía de risa (problemas de deshidratación aparte…)

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:12

      Sí guapa! Esa es un clásico!

  • Responder
    Juan Carlos
    4 noviembre, 2015 a las 21:30

    En el caso de mi mujer y yo, hablamos español y alemán con los niños, pero inglés siempre entre nosotros, y mi hija mayor ha aprendido inglés aunque nunca lo hayamos usado directamente con ella. Si tu marido entiende y habla catalán, hay un forma de que tu hija lo aprenda usando el mismo esquema. Las comidas y las cenas son la mar de interesantes 🙂

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:12

      Gracias por compartir tu experiencia Juan Carlos!

  • Responder
    Blütenblätter
    4 noviembre, 2015 a las 22:32

    Hola! Qué entrada más interesante! El mío tiene recién 18 meses y noto qué elige las palabras que a él le resultan más fácil pronunciar, en su estilo, claro. Entonces dice «ampe» en lugar de lámpara. Me interesaría cómo te las ingenias cuando hay gente alrededor que no habla español. Puesto que yo a veces, por ser cordial con los demás, también le mecho cosas en alemán para que la visita no se sienta tan afuera. Resulta esto? Gracias y me encanta tu blog!

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:14

      Blütenblätter,

      Cuando estamos con personas que sólo hablan alemán, le hablo a mi hija en alemán. Ella entiende que es algo puntual y considero que es importante por respeto.

      Un saludo*

  • Responder
    Blanca
    5 noviembre, 2015 a las 10:53

    Hola! Mi hija habla castellano conmigo, catalan con mi marido y el aleman lo aprende en el cole. Cuando me cuenta lo que ha hecho en el colegio durante el dia tiende a mezclar, en otros momentos cada idioma vuelve a su sitio. Si quieres que tu hija practique catalan podrias buscar familias catalanas con niños que si lo hablen para quedar de vez en cuando o mirar si hay algun casal catalan por tu zona (a veces organizan actividades para niños). Y mucho skype con l’avia 😉

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:15

      Gracias Blanca!!

  • Responder
    Entre Madrid y Buenos Aires
    5 noviembre, 2015 a las 15:59

    Pues mis anécdotas, aunque divertidas, no son tan enriquecedoras como las vuestras, porque mis hijos hacen bromas hablando español y como dicen ellos «argentino», que es más de lo mismo. Así que aunque diversión tenemos mucha, lamentablemente el «bilingüismo» que tendrán no será tan útil como el de vuestros hijos, que con él, han sido agraciados con uno de los mejores regalos del mundo!
    Muy buen post!

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:16

      Pero seguro que conocen lo mejor de ambas culturas y eso es genial!

      Un saludo*

  • Responder
    Mafalda
    7 noviembre, 2015 a las 22:45

    Mamá por favor ‘suchalo’ decía la peque de dos años y medio de una amiga Cuando le pedía q buscara algo. Ya sabrás utilizando el verbo suchen (buscar en alemán) y conjugándolo en español, era para morirse de la risa.

    • Responder
      Elisabet
      7 noviembre, 2015 a las 23:20

      Jajaja!! Genialísima Mafalda!

      Gracias! Un saludo*

  • Responder
    marisa, la estresada
    20 marzo, 2016 a las 9:38

    Español y carabanchelero no valen?
    Me vuelvo envidiosa con estos post.
    Yo también quiero una niña de cuatro años y dos idiomas!!!
    Una persona de la familia está casada con un alemán, la hija tiene 15 años, es la única nieta de sus abuelos alemanes… Y no sabe ni decirles gracias.
    Si mi marido fuese de otro pais, hasta le obligaría a hablarlo conmigo para que lo aprendieran los chicos.

  • Responder
    Anabel
    13 julio, 2016 a las 19:50

    Qué bueno. Me identifico bastante. Yo soy inglesa y mi marido español. Yo también me crié bilingüe (inglesa de padres españoles), por lo cual suempre me ha parecido importante el tema del bilingüismo. A mi hijo de 3 años le hablo en inglés y mi marido le habla en español. Ahora que tiene 3 años cada dia me habla mas en inglés. Sí que es verdad que mezcla o traduce literalmente: I think yes/I think no (creo que sí/no en vez de I think so/I don’t think so). Le corrijo siempre y poco a poco vamos mejorando 🙂

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