En Alemania no existe esa expresión tan nuestra de «hecha la ley, hecha la trampa«. Principalmente porque aquí en Deutschland no se hacen trampas.
Sin embargo, hoy te traigo una nueva crónica en la que demostramos que eso no siempre es así. En Alemania también saben ingeniárselas para poder hacer algo cuando los cánones no lo permiten.
Además, el origen de nuestro invitado lo encontramos precisamente en la época en la que estamos, en Cuaresma, de preparación para la llegada de la Pascua.
Hace algún tiempo ya te compartí los protagonistas de la Pascua en Alemania: huevos, conejos, cestas,… Hoy vamos un poco más allá descubriendo algo más de la cultura alemana que he descubierto recientemente y es un ejemplo del «truco del almendruco» para poder hacer algo cuando en realidad no se debe.
Es un plato típico de mi región alemana, Schwabenland, donde la cocina suaba alcanza su máximo esplendor, en mi querido estado de Baden-Württemberg, está rico-rico, lecker-lecker, tiene esta pintaza y se llama…
Maultaschen
El origen de las Maultaschen
Cuenta la leyenda que las Maultaschen fueron inventadas por los monjes del Monasterio de Maulbronn, uno de los monasterios cistercienses medievales mejor conservados de Europa.
Quizá de ahí el origen de su nombre:
Maul – por el monasterio
Taschen – porque en alemán significa «bolsas» y eso es precisamente lo que son.
Las Maultaschen son como pequeñas bolsitas de verduras con carne y algo de pan recubiertos de masa (tipo pasta). Parecen unos raviolis gigantes.
Si nos remontamos unos cuantos siglos atrás…
¿Cómo poder resistir los fríos días de invierno con el estricto ayuno de la Cuaresma?
Alguno de los monjes del monasterio de Maulbronn tuvo la genial idea de «esconder» la carne entre las verduras. Si la trituraba y mezclaba bien, el color predominante sería el verde de las verduras, de manera que la carne no se vería y digamos que «el pecado tampoco».
Por eso suelen llamarse también Herrgottsbscheißerle, «engaño al Señor».
De hecho, una vez preparadas, cuando están crudas y listas para cocinar tienen este aspecto:
Como puede observarse, no tiene ninguna pinta de ser algo de carne o que la contenga.
De todas formas, lo importante era que, aun habiéndolo, ni siquiera abriéndolas se percibiera que hay en ellas un fragmento de carne.
Como puedes comprobar, si las abrimos una vez cocinadas (en este caso las he hecho a la plancha que es como más nos gustan en casa) ciertamente nadie percibe a priori que contenga nada de carne. Y, en cuanto al sabor, como hay una mezcla de distintas verduras, cebolla, carne y algo de pan, el sabor de la carne queda bastante enmascarado, dejando paso a un sabor muy peculiar, un sabor de Maultaschen.
Lo más curioso de todo es cómo ha evolucionado este plato a lo largo del tiempo.
No tan sólo existen tres formas distintas de cocinar las Maultaschen: en caldo (dentro de la sopa), con huevo (como si de una tortilla española se tratara) o a la plancha, sino que ahora existen infinitas variedades de rellenos. ¡Hay incluso Maultaschen para vegetarianos!
Y es que cuando algo es bueno, todos quieren poder disfrutar de él.
Más allá de esta historia, he descubierto que es una forma exquisita para que «Prinzessin S» tome verdura. Soy consciente que la ayuda de la Kita – guardería en Alemania – ha hecho mucho, puesto que allí también comen Maultaschen, pero verla disfrutar comiendo este plato es una delicia.
Aquí una ferviente prueba de ello.
Es más, ¿te has fijado en lo que contiene el platito de al lado? Eso también adora tomarlo «Prinzessin S» y te lo traigo en otra crónica 😉
14 Comentarios
Cristina
30 marzo, 2015 a las 9:59Hola Elisabet,
Muy interesante el artículo y los Maultaschen están bien ricos.
Ahora, que en Deutschland no se hacen trampas… Ejem, ejem, ejem…
No me tires de la lengua, que todos sabemos que aquí también se olvida la gente de cobrar el iva y de hacer facturas, que ciertos contratos de trabajo distan mucho de ser legales y que los CDs que compra el Finanzamt a Suiza no son los hits del verano. Más que nada, para que el que venga a vivir aquí no se lleve a engaño. La exclusiva de las trampas no la tenemos en el sur, tampoco nos tiremos piedras en nuestro tejado.
Puntualizado esto: ¡felices Osterferien!
Elisabet
31 marzo, 2015 a las 16:54Jajaja! Cristina tú ya me entiendes 😉
Feliz semana!
Beatrice
30 marzo, 2015 a las 10:39Hola Elisabet,
nos podrías incluir en alguna ocasión la receta de los Maultaschen?? tienen una pinta estupenda!!
Dankeeee y Frohe Ostern
Elisabet
31 marzo, 2015 a las 16:57Beatrice,
A ver qué se puede hacer 😉
Gracias!
Mapi
30 marzo, 2015 a las 10:54No conocía su historia!! Me ha encantado conocerla. Y tu receta a la plancha, me la apunto!! Siempre los hago en sopa, pero la próxima los pruebo así que tienen muy buena pinta…. Un beso y que disfrutes de las vacaciones!!
Elisabet
31 marzo, 2015 a las 16:58Muchas gracias guapa!
Un beso* Mapi 🙂
Dalia
30 marzo, 2015 a las 17:40Pimiento crudo O.O
Eso lo comen los niños/as del colegio noruego aquí en gran canaria, me lo contó una de las maestras que es amiga mía, que les encanta el pimiento crudo, que se lo comen como si fuera una golosina =)
Elisabet
31 marzo, 2015 a las 16:59Dalia,
Es 100% como cuentas. Yo aún sigo impactada 😀
Besos***
monty
30 marzo, 2015 a las 19:09Mi pequeño alemán que proviene de tu Bundesland me los prepara semanalmente y están riquísimos, lo que no sabía era su historia ¡y me ha encantado! 🙂
Él los hace cortados ya en plan revuelto con queso, cebolla, tomate, huevo, etc. ¡Plato estrella!
Besos!
Elisabet
31 marzo, 2015 a las 16:59Gracias Marta!
Me alegro de que te haya gustado el post.
Besos***
Patrizia
31 marzo, 2015 a las 19:47Y yo que pensaba que «Maul» se refería a los morros… Por cierto que lo del pimiento crudo aquí es ley, me da la impresión de que lo he hecho toda la vida (aunque me figuro que no), a mis niños les encanta y se lo endiño siempre que puedo. Y a los adultos también, cuando hago ensalada. pero tiene que ser rojo o amarillo, con el verde no es lo mismo. Pues felices Pascuas y a comer bolsas de morros!
Elisabet
31 marzo, 2015 a las 22:15Patrizia,
También creía yo que era por eso antes de averiguarlo 😉
Gracias y feliz Pascua!
Cecilia Tostado
18 abril, 2015 a las 21:02Hola Elisabet, soy Cecilia de Mexico y acabo de visitar tanto tu hermosa region como el magico monasterio de Maulbronn, tambien comimos los maultashen y te felicito por haber vivido en ese lugar tan hermoso.
Elisabet
18 abril, 2015 a las 23:44Gracias Cecilia!