Por si no queda claro antes de empezar, lo definiremos.
Definiremos “alemanada” como:
“Una acción emprendida y ejecutada por un alemán al que a él mismo le parece de lo más normal y al español que la presencia le causa tanto impacto que no sabe bien bien si reír o llorar”
Seguramente habrá más definiciones, pero para el post de hoy ésta servirá 😉
Y es que una de las cosas que suceden en tu vida cotidiana en Alemania es que te cruzas con alemanes. Y, a pesar de que llega un día que “les vas cogiendo el tranquillo” – ¿cómo se dirá esto de “pillar el tranquillo” en alemán? – te siguen sorprendiendo.
Hoy comparto contigo 5 situaciones en distintos ambientes en los que los alemanes te sorprenden y te obsequian con unas de sus grandes reacciones descritas anteriormente. Te obsequian con una “alemanada”.
Es verdad. Puedes experimentarlo en distintos lugares. Y, de igual forma que siempre has de ir bien arreglado porque nunca sabes a quién podrías llegar a encontrarte en un aeropuerto, has de estar atento porque nunca puedes adivinar cuándo vas a ser víctima de una “alemanada”.
La primera que recuerdo ahora es un día por la calle. Bueno, de hecho del contexto “por la calle” recuerdo un par (o tres).
#1. La primera.
Voy paseando tranquila y pausadamente por la calle. Alguien, que va caminando en frente de mí en mi misma dirección, tose. De repente presencio la siguiente escena:
Una alemana – y sé que es alemana porque a mí no me engaña señora por su fisonomía, acento y vestimenta – desde dentro de un coche abre la ventanilla y vocifera la siguiente frase al peatón que paseaba delante de mí alegremente (alegremente paseaba el peatón, no es alegre el tono de voz de la mujer que suelta esto):
“La próxima vez no tosa sin taparse la boca”
Sí, a mí también se me arquearon las cejas. Las 2 (y porque no tengo más).
#2. La segunda.
El tema de no cruzar los semáforos en rojo en Alemania diría que ya lo hemos mencionado alguna vez. Lo que aún no hemos mencionado es lo que puede llegar a decirte un alemán si te ve cruzando un semáforo en rojo. De hecho, de éstas frases tengo 2, por si la primera hubiera sido “casualidad”.
La escena es la siguiente:
Me encuentro en un semáforo en rojo desde el que claramente se aprecia que no hay un coche en 5 Kms a la redonda. Dejándome llevar por mi más española alma, me dispongo a cruzar. Ojo que voy andando, que no voy en coche.
En el momento en que mis 2 pies se hallan de lleno en pleno paso de cebra escucho una voz que sale de la señora alemana que está frente a mí al otro lado del paso de cebra esperando para cruzar. Me indica en alemán perfecto y como si de un aluvión de tierra que me cae encima se tratara:
“¡Usted debe permanecer quieta esperando a que se ponga verde!”
Espera, lo comentamos al terminar con la tercera.
#3. La tercera.
Estando cruzando en verde un paso de cebra, se pone en rojo. La alemana que tengo al lado caminando me anima al más puro estilo “tú puedes acabar la maratón”:
“Schnell weil wir haben wieder rot!!!!!”
(¡Dese prisa que vuelve a estar rojo el semáforo!)
Conclusión: no te asustes. No te asustes si vas por la calle en Alemania y la gente te empieza a dar su opinión o parecer sobre lo que estás haciendo. Esta vez lo que querido materializar en 3 situaciones inusuales en España, pero es una de las cosas que más me sorprendió de los alemanes. Y me sigue sorprendiendo. Puesto que con la fama de «más fríos» pensé que lo último que harían es «meterse en tus cosas por la calle». Pero es así. Hagas lo que hagas por la calle (incluso yendo con un bebé) siempre aparecerá un alemán para decirte si lo que haces está bien, mal, cómo tienes que hacerlo o apiadándose de tu bebé porque llora (de ti nunca se apiadarán). Pero en serio, no te preocupes porque es su forma de ir por la calle y en general son muy amables y si les pides ayuda te la ofrecerán 😉
#4. La cuarta.
Una de vecinas.
Me cruzo un día con esa típica vecina “simpática lo justo” (de esas que hay en todas partes).
Ella: “Tu marido y tú no estáis casados, ¿verdad?”
Yo: “Doch, doch” (esto se usa aquí mucho para decir algo así como “Que sí que sí” al rebatir algo que te dicen)
Ella: Pero vuestros apellidos no coinciden, no son los mismos (en nuestro buzón figura el nombre y apellidos de cada uno)
Yo: “Ya, ¿y?”
Ella: Pues que si estuvierais casados tú tendrías su apellido.
Yo: “Ya, pero es que en España las mujeres no perdemos nuestros apellidos al casarnos”
Ella: “¿En serio? ¡Pues qué raro!”
Lo mejor fue cuando le dije: “Pues qué follón cuando te separas, encima tener que volver a cambiar todo el papeleo!” (creo que aún está pati-tiesa donde la dejé).
Y es que en Alemania, cuando te casas ganas un marido y su apellido, pero tú pierdes los tuyos.
#5. La quinta.
En la guardería. Ésta en concreto considero que es la frase más simpática que me ha confesado un alemán.
Una de las profesoras cuando me escucha hablar con mi pequeña princesa “S” en español me dice suspirando:
“aaayyy… ¡Qué ilusión! Cada vez que la escucho hablar español con su hija es como si estuviera de vacaciones!”
Me acabo de dar cuenta que las 5 frases me las ha dicho una alemana. Mujer. Estaré atenta con el género masculino para otro día compartir las suyas.
¿Y a ti? ¿Te han soltado alguna vez una alemanada? ¿Me la cuentas?
83 Comentarios
Teresa
27 enero, 2014 a las 11:00Para mi algo muy de alemanes es el tema medicamentos, bueno mejor dicho de NO MEDICAMENTOS.
Que el ninho esta malito? que le duele que te recomiendo segun sea la dolencia una u otra infusión… no sólo en el grupo de amigas y madres alemanas, sino también en la farmacia. Pidiendo paracetamol o ibuprofeno para infantes… las farmaceuticas siempre me dan la opción de algún te o alguna infusión milagrosa que quitatetuesosmedicamentos….
Que digo yo que habrá termino medio entre la automedicación brutal en Iberia y el todosecuraconhierbas y vacunasenemigas de Teutolandia.
Elisabet
27 enero, 2014 a las 11:36Teresa,
Sí! Cuánta razón! De hecho, tengo pendiente comentarlo en un próximo post el tema de la medicación. Sobre todo para los peques.
Un saludo*
Jule
27 enero, 2014 a las 20:48Yo, alemana viviendo en España, siempre me asusto cuando la gente (o los médicos) me dicen «Tómense ese antibiotico…» porque fui criada con el pensamiento y las palabras de mi madre diciendo que el antibiotico es un medicamento que «mata todo, lo bueno y lo malo en tu cuerpo».
Pero me voy acostumbrando a la falta de escrúpolos española jejeje
Pero vacunas sí son populares.
Patrizia
27 enero, 2014 a las 11:27Ay, por dios, cuántas veces habré oído yo la última frase? ¡Y dicha varias veces por la misma madre! Lo de cruzar los semáforos en rojo con riesgo incluso de ser multada ya lo conté largo y tendido, y lo de que la gente te vaya dando su opinión (no pedida) también me ha pasado, p. ej. que me digan que mi niño está muy poco abrigado o demasiado. Pero vamos, después de 15 años aquí ya empiezo a acostumbrarme… y espérate que no empiece a hacerlo yo también 😉 !!!
Elisabet
27 enero, 2014 a las 11:38Patrizia,
Jijiji… Me siento mejor sabiendo que la última frase también te la han pronunciado a ti 😀
Es que el tema de que la gente vaya opinando tus cosas por la calle aún no deja de sorprenderme.
Saludos desde Süddeutschland***
Mar_illescas
27 enero, 2014 a las 12:04Lo de «meterse donde no les llama» me fascina: en mi caso, algunos vecinos de mi antiguo bloque sentían la irrefrenable necesidad de echarme la bronca (en menor o mayor grado) por no hablar alemán cada vez que nos encontrábamos en el ascensor. Desde el «Pero ya llevas mucho tiempo aquí, ¿no? Tendrás que aprender» hasta el «Hay que ver, mira que estar aquí sin hablar alemán. ¡Muy mal!». Una de las vecinas (majísima, extranjera) se propuso – sin yo pedírselo, claro – ayudarme a aprender alemán y cada vez que me veía, me hablaba despacito y me enseñaba expresiones y tal. Todos con buena intención, supongo (y con mucha razón, lo admito), pero… ¡métanse en lo suyo! xD. La mayoría añadía el bonus de preguntar de dónde vengo y luego comentar que si qué bonita España y qué mal la crisis.
Elisabet
27 enero, 2014 a las 17:59Mar,
Jejeje… Gracias por compartir tu experiencia. Sí, la verdad es que yo también he experimentado la fijación que tienen en averiguar cuándo un extranjero domina por fin el alemán 😀
Un saludo*
Devadip Rivero
27 enero, 2014 a las 12:25¡Hola! 😀
Gracias por seguir esparciendo tus conocimientos sobre la cultura alemana. O sobre las costumbres de estos seres que tanto me dan de comer (soy traductor de alemán), y que tan distintos son a los españoles.
Sigo obligándome a pensar que se trata de estereotipos, pero ¿casualidad o no? me han pasado al menos 2 casos que comentas.
El de cruzar con el semáforo de peatones en rojo y sin que haya un coche entre Múnich y Hamburgo creo que le ha pasado a todas las personas que conozco que han estado allí. A mí 2 veces. Y menuda bronca te echan. Me pasó cuando tenía 15 años en Lübeck, que será como Teruel, (la bronca puede ser defendible porque te ven un niñato), pero me pasó también con 25 en Colonia. Es más, cada vez que voy y veo personas mayores que están esperando, cruzo solo para ver si me abroncan. 😀
La tos ¡también! Fue con un estornudo. Un alemán echó la bronca a un chiquillo turcoalemán por no ponerse la mano. Así que cada vez más la teoría del estereotipo pierde consistencia. :/
Nos seguimos por las redes.
Un saludo,
Devadip (@TraductorJur)
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:01Devadip,
Sí, claro que te tengo localizado! Me hace mucha ilusión que te gusten las historias que comparto en este blog. Gracias por compartir tus anécdotas 🙂
Saludos***
María
27 enero, 2014 a las 12:30Lo del semáforo es lo mas típico. A un amigo le multaron por cruzar en rojo a las 2 de la madrugada… 10 euros.
Otra «alemanada» que he sufrido, es la bronca de un conductor, en un parking, por dejar el coche pegado a la ralla de separación, en mi hueco perfecto, y el parking vacío!, que aparcara bien, que podía molestar al que quiera aparcar en el hueco de al lado… Y bueno, tener a un alemán esperando a que termine de aparcar por si doy al coche de delante o detrás, también varias veces. El aparcamiento «al toque» está muy mal visto…
Y por último, siendo mi hijo bebé, estaba en la sala de espera del Hausarzt, y se puso a llorar. Me puse a menearle el carrito para que se callara y se durmiera de nuevo. Pues una señora mayor, me dijo que no hiciera eso, que le iba a mal acostumbrar. Y yo pensé, pues nada, le dejo berrear y que moleste a los demás? entonces me dirán también que porqué llora el niño…
La verdad es que si, se meten demasiado, no? Pero después de 4 años, es cierto que voy a España y ya me paro en semáforos rojos aunque no vengan coches, y creo que me estoy volviendo un poco «alemana» en este sentido (aunque nunca diría nada a los demás por supuesto…)
Me encanta tu blog!
Saludos desde Nordrhein Westfalen!
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:06María,
Lo del «aparcamiento al toque» me ha encantado. Jajaja!!!
Es que hay que ver la fijación que tienen en calmar a tus hijos ;D
Seguro que lo que comentas al final es que te estás «alemanizando». Justo lo que comentamos aquí 😉
https://cronicasgermanicas.com/2013/09/16/como-saber-si-te-estas-alemanizando/
Gracias por el comment!
Vane
27 enero, 2014 a las 12:43Me ha encantado este post!!! Estoy deseando cruzar un semáforo en rojo :D. Por lo de la medicación de los niños…me habeis «acojonao» tanto que me llevo un cargamento de apiretales y apirofenos para practicar la automedicación al más puro estilo español en caso de que me vengan con infusiones.
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:07Vane,
Muchas gracias! Sí, sí, cuando descubras el mundo de la medicina infantil… Vendrá en un próximo post! 😉
Dani
27 enero, 2014 a las 13:06A mi me asaltaron en una tienda en pleno centro de Bremen a preguntarme que porqué llevaba mi retoña pendientes, no teniendo ni un año…
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:09Dani,
Sí! Es que en Alemania no les ponen pendientes a las niñas al nacer como hacemos en España!
Gracias
Susana
27 enero, 2014 a las 13:22Me ha encantado este post, cuando en España me preguntan cómo son los alemanes les cuento alguna de estas anécdotas porque creo que les definen muy bien.
Yo tengo una de farmacia que me dejó sin habla: se me irrita un ojo (algo habitual, llevo lentillas) y voy a la farmacia a por el equivalente alemán del Vispring… Y la tía me dice que vaya al médico, que puede ser una infección. Le aclaro que ya he tenido conjuntivitis antes y que ésto, sin duda, es una irritación por las lentillas y me dice que sin receta ¡sólo me da suero fisiológico!. Me fui de allí sin ser capaz de entender. Con los niños es peor… Incapaces de recomendarme algo para los cólicos del bebé tuve que comprar un producto homeopático en Bélgica on-line después de la imprescindible investigación en google… Llego a España y la farmacia era un paraíso anti-colicos.
Sobre lecciones de civismo, un amigo me contó una buenísima: se le ocurre parar no más de 30 segundos en una parada de bus frente al cole de sus hijas para dejarlas por la mañana un día que iba con prisa. Cuando va a arrancar, un señor mayor le da unos golpecitos en la ventanilla, él la baja y escucha: «Si todos hiciéramos como usted, esto sería la jungla».
En fin, que la lista de alemanadas puede ser interminable, pero en el fondo este «reprender las faltas de civismo de completos desconocidos» me encanta. Siempre he pensado que si en España señaláramos con el dedo a los incívicos y les afearamos la conducta en público, otro gallo nos cantaría. Saludos
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:11Susana,
Jejeje… El tema de las medicinas merece otro post 😉
Gracias por explicarnos tus experiencias 😀
Un saludo*
Galatea
4 febrero, 2014 a las 13:20Lo siento, pero lo de la «parada» para dejar a los niños lo sufro a diario y no lo veo justificado.
Estoy contigo : )
Frau Sonnenblume
27 enero, 2014 a las 14:00¡La mejor, la de las vacaciones! Pero qué risa. 😀
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:14Frau Sonnenblume,
Jijiji… Tal cual! 😀
André Höchemer (Alemol)
27 enero, 2014 a las 14:12Me parto con tus artículos, ¡de verdad! Un día deberíamos escribir algo juntos, un post a lo «pimpinella», jajaja
Un abrazo,
André
André Höchemer (Alemol)
27 enero, 2014 a las 14:42PD: ah, lo de «pimpinella» lo decía porque me pasa justo lo contrario en España: estoy con mis hijos esperando en el semáforo («rojo»), mientras pasa un montón de coches, y la gente cruza entre coche y coche como si quisiera suicidarse. Algunos inclouso con carritos o arrastrando a niños…
Y con respecto a las toses y los estornudos: me han llegado a toser y estornudar encima (sí, literalmente), y te aseguro que es muy desagradable (http://goo.gl/ZAMlxW). En fin, lo mejor sería un término medio entre alemanada y españolada, pero entonces tú y yo no tendríamos nada sobre lo que escribir 😉
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:57André,
Ayyyy estas prisas tan españolas. Jajajaja!! ;D
Si quieres acepto que «contraataques» con «españoladas» en tu blog. O pásame el enlace si ya lo has hecho y me lo he perdido!
p.s.- con lo de «suicidarse» me he reído bastaaaante
Galatea
4 febrero, 2014 a las 13:21¡¡Cómo te entiendo!! (debo tener un gen germánico ; ))
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:16André,
Jajajajaja!! No sabes la ilusión que me hace que te guste el blog. A mí también me encanta el tuyo! Ya lo sabes 🙂
Genial tu idea. El que se inspire primero avisa al otro! 😉
Saludos***
Anna Dalmau
27 enero, 2014 a las 15:06jajaja ¡viví algo parecido! estaba con mi ex (alemana) de viaje en Dublín, y ella cruzaba constantemente en rojo mientras yo me quedaba parada esperando el verde. Así que una de esas veces se giró y me soltó: ¿tú siempre haces lo que te dicen, verdad? XDD … es bien cierto que de una manera u otra siempre acaban dando su opinión 😛
Un saludo ^^
Elisabet
27 enero, 2014 a las 18:58Anna,
Al principio pensé que quizá sería la única en pensar que «siempre dan su opinión». Veo que no ;D
Gracias por comentar!
Natalia P. Herrasti
27 enero, 2014 a las 15:21No sabría con qué alemanada o españolada contribuir pues como ya sabes tengo varios libros y artículos llenos de ellas (nos seguimos en twitter.)
Respecto a los niños hay infinitas diferencias. Pero también hay alemanes que se alegran de que en España los niños puedan ser bulliciosos. Elfie Donelly escribió un libro sobre España en el que comentaba asombrada cómo los niños en un restaurante campaban a sus anchas y los camareros y demás huéspedes, lejos de reñir a los padres, les hacían carantoñas a los niños y colaboraban en su cuidado.
http://herrasti.jimdo.com
Elisabet
27 enero, 2014 a las 19:02Natalia,
Ilusión infinita que te pases por aquí! Los correteos de los niños españoles en los restaurantes son míticos ;D
Pero si me encantan tus reflexiones! Por eso escribí el punto 4 en este post:
https://cronicasgermanicas.com/2013/11/18/los-10-mejores-blogs-hispano-alemanes/
Tengo súper pendiente comprar tu libro en Amazon!! 🙂
Mil gracias por tu comment.
Saludos***
Jule
27 enero, 2014 a las 20:58Hermoso la anécdota de los niños, me encantaría ver eso un día en mi país.
Ana
27 enero, 2014 a las 15:26Jajaja, es verdad que se meten mucho donde no les llaman. A mí (todavía!) no me han llamado la atención por cruzar en rojo (y eso que lo hago muy a menudo, es como un pequeño triunfo, jajaja!). La alemanas a más alemana al respecto de los apellidos,también, curiosamente, una mujer: «mi marido jamás se habría casado con una mujer que no tomase su apellido». Imagínate mi cara… y mi respuesta!
Ana
27 enero, 2014 a las 15:28Madre mía lo que me ha hecho el auto corrector! Quería decir «la alemanada más alemana que me han dicho fue con respecto a los apellidos»
Elisabet
27 enero, 2014 a las 19:03Ana,
Jajaja! Me hubiera encantado ver esa cara ;D
Gracias por pasarte!
Besotes hasta München***
Un español que no baila flamenco
27 enero, 2014 a las 15:32Jajajajaja, veo que con las medicinas esta gente es un mundo, y no solo mi entorno.
Tenías que ver la cara de la compañera de trabajo al pedirle un paracetamol/aspirina porque me dolía la cabeza. Como si le pidiera que me comprase drogas xD Que sin ser ella médico, ¿ como me va a dar una medicina? Son tan cuadriculados cuando quieren… Quizá ese sea el secreto de su éxito…
Un saludo.
Elisabet
27 enero, 2014 a las 20:34Un español que no baila flamenco,
No era realmente consciente del mundo de las medicinas españolas y las «auto-medicaciones» hasta que pisé Deutschland!
Saludos***
Roseta
27 enero, 2014 a las 15:55Me encanta el post, simplemente sublime! 😉
Yo voy a añadir la alemanada que más me indigna, el agua caliente. Me explico:
LLegué el pasado agosto y aunque aquí los veranos son muy suaves, te puedes encontrar con 4 o 5 días muy calurosos, llegando a 35 grados o más… Pues cual fué mi sorpresa, que al beber agua fría sacada del frigorífico o del congelador, me echaban la bronca diciéndome que «cómo se me ocurría beber el agua tan fría, que me iba a poner mala» 😀 😀 😀 Perdona??? Cómo se os ocurre a vosotros con el calor que hace beber agua del tiempo calentorra? No os da diarrea? 😉
Lo más curioso es que no solo me lo dijeron diferentes compañeros de trabajo, sino también mis compañeros de piso… y cuando me mudé a otro piso, más de lo mismo! jeje Estos alemanes… con el gustito que da tomar una bebida fría en verano, el fresquito bajando por tu garganta… jejejej Aaayyyyy! El tema hielo en la bebida mejor no lo saquemos… jeje
Saludos para todos!!! 1 beso para Elisabet
Elisabet
27 enero, 2014 a las 20:35Roseta,
Gracias por tus palabras! :)))
Sí que es verdad ahora que lo pienso el tema de la temperatura del agua… Gracias por aportarlo!
Anuska
27 enero, 2014 a las 16:49Bueno no se si esto es una Alemanada como tal, pero por lo menos lo he vivido unas cuantas veces. Asustadisima pregunte a mi profesora si era medio normal y me dijo que si. Oh mein Gott!!
Y es que ya van algunas veces (mas de una y mas de dos) que escucho, percibo, siento ect ect como un alemán eructa sonoramente sin remordimiento alguno en publico, así como si estuviera en su casa. Eso si!! si no lo conoces tratale de usted y no de tu lastima se vaya a ofender! pero por el contrario, puedes expulsar todos tus «decibelios» sin cuidado alguno e incluso pueden llegar a contestar un «Mahlzeit» Genial! no solo puedes eructar si no que además te felicitan. A mi que me llamen de tu o que me llamen lo que quieran, pero que no me eructen mas.
Elisabet
27 enero, 2014 a las 20:39Anuska,
Jajajajajaja!! No sé dónde había leído que en alguna cultura era incluso de mala educación no eructar, puesto que debía hacerse para indicar que te había gustado la comida que te habían servido. No sabía que era la alemana ;D
Cristina
27 enero, 2014 a las 18:16Hola Elisabet,
Genial y divertido como siempre tu post.
Lo de las preguntas por el estado civil, seguidas de la extrañeza por los apellidos distintos ya lo he vivido. En cuanto a cruzar en rojo, es cierto en toda Alemania (por lo menos las partes que yo conozco), excepto en esa parte de Alemania que no es Alemania, o sea, su capital. En Kreuzberg puedes llegar a sentirte tan tonto esperando en un semáforo como en cualquier ciudad mediterránea y no puedo contar las veces que he atravesado su arteria principal, Mehringdamm, «a la brava», incluso sin paso de peatones ni semáforo, animada por «mi alemán».
Un saludo,
Cristina
Elisabet
27 enero, 2014 a las 21:42Cristina,
Qué valiente! 😀
Gracias por tu aportación. Es curioso porque siempre que comenta o me dice algo alguien que reside en Berlín utilizan la misma frase: «Berlín no es Alemania».
Saludos***
Jule
27 enero, 2014 a las 20:43Hola!
Soy alemana y leo cada articolo con mucho interés!
Una pequeña cosa con respecto a los apellidos: en todos los casos se puede escoger cómo las personas se quieren llamar en el futuro. La opción menos frequente es no cambiar los nombres, pero es posible.
Hay mujeres (la mayoría) que adoptan el apelido del marido. Pero también hay un número creciente de hombres que dejan su apellido por el de la mujer.
Y existe la oportunidad de combinar ambos, como lo hizo la famosa politica Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, siendo Schnarrenberger el apellido de su marido, pero tambíen se hubiera podido llamar Schnarrenberger-Leutheusser.
La verdad sí, hay que hacer un montón de papeleo después del matrimonio. Pero por otra parte las nociones «Familie Jäger» (incluyiendo marido, mujer y hijos) o «Eheleute Schneider» o «Ehepaar Müller» no serían posibles en España, ni la posibilidad de saber quién está casado con quien.
Pensemos también en qué sucede en el caso de un divorcio o un segundo matrimonio: nuevas opciones de cambiar nombres.
Las mismas opciones tienes cuando nace un niño: Puedes escoger uno o combinar los dos en el orden que quieras.
Es discutible cúal opción es más patriarcal.
Elisabet
27 enero, 2014 a las 21:44Wow!,
Jule, gracias por aportar tantos detalles en el tema de los apellidos! Diría que a los españoles nos llama mucho la atención este tema porque en España nadie se plantea hacerlo distinto: primero va el del padre y seguidamente el de la madre. Vaaale, habrá alguna excepción, pero no deja de ser eso, una excepción 🙂
Saludos***
Teresa
28 enero, 2014 a las 7:15En Espanha conozco varios casos de union de apellidos para que el de la madre no se perdiera, y conozco varios casos de apellido materno primero, incluso yo estuve apuntito de llevarlos de tal manera.
Aqui en Alemania he conocido a una mujer que no lleva el apellido de su marido y la familia politica le ha retirado la palabra…
Cada persona es un mundo y no digamos ya cada pais, un solo apellido a mi me parece fatal. Siendo mujer y madre que mi hijo no llevara mi apellido me parecería FATAL y que me quiten MIS apellidos para ponerme el de mi familia politica … bueno, eso me da urticaria. Osea resulta que si te casas pierdes tu identidad???? NO
Jule
27 enero, 2014 a las 21:08Tengo que agregar que elección de dicha política es bastante rara también para oídos alemanes pero fue lo primero que me vino en la mente.
Leandro
28 enero, 2014 a las 3:36Jajaj! Muy bueno.Así debería ser en cualquier país..
En Argentina la cosa es un poco más complicada.Igualmente,hay mucha gente acá que alerta a los coches que pasan en rojo pero no de una forma tan amable como la alemana.. Jajaja.Hacen buen uso de la bocina y ya.
Sería bueno implementar un sistema (que creo que ya está en algunos países) que permita tomar una fotografía del auto que causa una infracción para tomar su número de placa y posteriormente,multarlo.
Elisabet
28 enero, 2014 a las 20:59Leandro,
Jejeje… En este caso hablaba de cruzar en rojo siendo peatón 😉
Gracias por animarte a comentar y compartir la versión argentina!
javier
28 enero, 2014 a las 11:18Muy interesante y bien explicado, y yo como de costumbre con mis análisis de intentar ir más allá 🙂
Lo que yo concluyo es que los alemanes están más pendientes de que los individuos a nivel particular observen las reglas de las cuales se han dotado ellos mismos en tanto que sociedad… Esperar a que un semáforo se ponga verde para cruzar cuando sabes que no hay ningún peligro es muy duro para nosotros, para mí el primero… Pero si miramos más allá del verde amarillo y rojo… Veremos que hay un trasfondo de compromiso social que falta en nuestras culturas mediterráneas.
Jeje perdón por la chapa. Así lo veo yo.
Y ahora, a cruzar la via laietana en cuanto pueda jaja
Elisabet
28 enero, 2014 a las 21:57Javier,
Gracias. Gracias por aportar tu visión crítica que, a su vez, da mayor sentido y complementa al post 🙂
Saludos***
luis
28 enero, 2014 a las 11:41me ha gustado mucho el post. Yo vivo en Luxemburgo, que es casi Alemania, y suelo ir con frecuencia a Trier.
Una vez fui con dos amigos de Madrid que casi cometen la locura de pasar:
– un semáforo en rojo (aunque sin coches en 5 km)
– con ambas aceras llenas de alemanes
– y con niños presenciando la escena!!!
Les tuve que agarrar de la manga cuando ya tenían un pie en la calzada. Creo que si hubiéramos cruzado en estas circunstancias nos habrían corrido a gorrazos.
Es cierto que son muy cívicos, pero a mi me incomoda un poco esa costumbre de «afear la conducta ajena». A veces me da la impresión de que lo hacen por marcar las distancias y no en realidad porque les suponga una molestia real lo que tu hagas.
Elisabet
28 enero, 2014 a las 22:05Luis,
Qué ilu, un lector desde Luxemburgo! De hecho, siempre me pregunto porqué uno de los canales de TV más famosos en Alemania es de allí, la RTL. Será por estar tan cerquita 🙂
Muy graciosa tu anécdota. Gracias por compartirla!
Montserrat Varela
28 enero, 2014 a las 21:23A mí también me multó la policía, tuve que pagar 5 euros por pasar un semáforo en rojo… andando… No lo olvidaré nunca.
Y eso de no aparcar tocando es por el seguro. Si dos coches se rozan, aunque se haya hecho un solo rasguño, hay que llamar a los respectivos seguros porque son ellos los que pagan. A mí me pasó hace una semana. Saliendo de un parquing muy estrecho rocé por delante un coche, sin darme cuenta porque estaba pendiente de no dar por detrás (perdón por la expersión…). En fin, que se ve que había un individuo observándome y que luego llamó a la policía. Lo vi de reojo sin hacerle caso, pero cuando la policía llamó a la puerta lo entendí.
El caso es que no me paré, y eso consta como «Fahrerflucht» (huida de conductor) y la policía lo pasa al fiscal, hay que notificarlo al seguro y puede que haya juicio y todo. No sé, vamos a ver qué va a pasar.
Por eso observan, supongo, por la cuestión de los seguros. Aquí son importantísimos, por si no os habéis percatado…
Elisabet
28 enero, 2014 a las 22:17Montserrat,
Waaaaalaaa!! Flipando me has dejado con tu comentario!! ¿Cómo se dirá «flipar» en alemán? Jejeje…
La verdad es que si algún día me cruzo con un policía que me multe por cruzar en rojo no sé cuál será mi cara ;D
Pero la anécdota del coche… ¡Para enmarcar!
Gracias!!
Un saludo*
Benito Camela
28 octubre, 2014 a las 20:51Pues yo personalmente no veo dónde está el problema. Le causas un daño (por pequeño que sea) a un bien ajeno y lo normal es que te responsabilices de ello.
La costumbre española de darse a la fuga no es que sea muy cívica, ¿no lo crees?
Fernanda
29 enero, 2014 a las 3:10Hola!
Me da muchísimo gusto que subas este tipo de historias a la red, la verdad tu forma de expresarte es excelente y con mucho humor asi que bueno muchas Felicidades
Yo te leo desde México aunque mis abuelos son españoles nunca tuve oportunidad de ir a españa, pero ahora estoy de novia con un aleman y visito tu blog para ver que clase de cosas extrañas me esperan. Espero no salir corriendo por que los latinos de verdad que creo tenemos menos cosas aun en comun con los alemanes.
Pero bueno asi es el amor un beso un abrazo y sigue escribiendo. Aparte redactas muy bien la mejor de las suertes
Elisabet
29 enero, 2014 a las 16:30Hola Fernanda,
Mucha ilusión recibir tu comentario. ¡Desde México! Wow! Gracias.
Al final, si lo piensas, justamente lo que nos diferencia es lo que nos une, porque nos complementa 🙂
Un saludo desde Deutschland*
catalana2001
29 enero, 2014 a las 19:10Como saber si te estas alemanizando ? Cuando cometes tu primera alemanada !!
Yo tengo que confesar: hace unos meses increpe a un senyor que habia aparcado en la plaza reservada para familias con ninyos en un supermercado del pueblo. Pues si, porque me toco arrastrar a los peques por todo el parquing, despues de un largo dia de trabajo/guarderia (o sea, con gritos y lloros).
Lo dicho, una se va alemanizando…
Elisabet
30 enero, 2014 a las 13:50catalana2001,
Jajajajaja!!! Qué grande! Veo que te has leído ambos post 😉
Gracias!!
Y no se olviden de no medicarse y sí alemanizarse!!
Marta
1 febrero, 2014 a las 10:51Yo estuve 1 año viviendo en Alemania y la verdad es que me chocaron muchísimas cosas.
Lo del «ya es hora de que hables alemán» me lo repitieron hasta la saciedad.
Algo que me pareció muy curioso es que tanto yo como mi vecina, también española, tenía las mismas discusiones con su novio alemán.
Me dejaron muy claro que los españoles solo servimos para la fiesta y que nos tienen por muy vagos. Claro, es que les parece muy normal estar a las 6 de la tarde metidos ya en casa.
Me ha hecho mucha gracia este término que has creado de «alemanadas».
Elisabet
1 febrero, 2014 a las 14:52Gracias Marta por animarte a compartir tu experiencia 🙂
Spa-nekdoten, frische Spa-nekdoten | Diario de un alemol / Tagebuch eines Alemols
4 febrero, 2014 a las 8:03[…] Tagen „drohte“ ich Elisabet von „Crónicas Germánicas“ wegen ihres lustigen Artikels „Alemanadas, tiernas alemanadas“ mit Revanche, und heute mache ich diese Drohung wahr: mit einem ähnlichen Post über […]
Manu
4 febrero, 2014 a las 15:37Uy!!! Alemanadas hay unas pocas más… y españoladas natürlich. Pretender vivir con costumbres españolas en Alemania es harto complicado. Yo opté por seguir la regla «Im Rom wie die römer» d.h. intentar ser un alemán más sin perder mi identidad.
Como cosa curiosa os comento algo que le sucedió a mi mejor amigo en Alemania. Ciudad: Hildesheim (Niedersachsen). Mi amigo volvió algo «achispado» a casa en su bici cuando la Polizei lo paró y multó. Bueno, hasta ahí todo normal, el problema surgió cuando quiso sacarse el «Führerschein». Tiraron de ficha policial y le dijeron que tenía un problema con el alcohol por lo que tuvo que asistir a terapia durante un año… La multa de la bici era de hacía 6 años y había cambiado de ciudad 2 veces… un error de juventud que le salió en unos 5000€.
A otro amigo lo denunciaron sus vecinos porque no había recogido las hojas de su jardín y a otro porque su garaje no estaba recogido «correctamente». Os juro que el garaje estaba para una exposición de lo bien que estaba ordenado pero su vecino no lo veía así.
Otra alemanada: en la uni Bonn siempre utilicé mis 2 apellidos, pues siempre me nombraban como «Fr. Gómez» pensando que el 2 apellido era de una mujer casada. Al principio fue un lío con las notas y tal pero al final me acabé acostumbrando.
Elisabet
5 febrero, 2014 a las 12:26Manu,
Madre mía cuántas y divertidas aportaciones!!! Jejeje… Gracias por animarte!
Lo de la bici es alucinante! Incluso diría que en España las faltas similares expiran a los 5 años. Miedito me da que en Alemania «te salpiquen de por vida» 😀
Un saludo*
Ferrer
5 febrero, 2014 a las 17:12Yo dirá que ¨pillar el tranquillo¨ es como ¨den Dreh herausfinden¨ y ¨flipar¨ podría ser ¨ausflippen¨.
A mí me pasó lo del semáforo en el Hermannplatz en Berlín: Era de noche, llovía, hacía un frío del carajo y no había un coche a la vista. En la acera de enfrente (no pun intended), dos policías. El semáforo, rojo para los peatones (o sea: para mi). Cruzo. ¡La bronca que me armó! Bueno, él lo llamó una ¨mündliche Verkehrsbelehrung¨. Y mientras tanto, aún lloviendo, el semáforo se puso verde, y luego rojo de nuevo, y otra vez verde, etc, etc… Al final, con aires de perdonavidas, no me puso la multa de cinco marcos, aber dass mir das ja nicht wieder vorkommt! Tal vez en ese ¨mir¨ esté el secreto. Se lo toman muy a pecho, creen que es algo personal.
Elisabet
5 febrero, 2014 a las 18:47Ferrer,
Gracias por ayudarme con las traducciones y por compartir tu divertida experiencia «semaforil» 🙂
Irabela
9 febrero, 2014 a las 9:40¡Hola, Elisabeth!
¡Enhorabuena por tu blog! Debemos de ser almas gemelas, porque tenemos la misma plantilla de blog, y porque me hubiera encantado explotar la idea de española en alemania ;). Pequeño problema: no vivo en Alemania. Pero he vivido allí y me encanta el país.
Ya en relación a tu artículo: crucé un paso de cebra en rojo, estando embarazada de mi hijo Chico (entonces vivía en Hamburgo). Iba con muchísima prisa y me vi forzada a hacerlo porque llegaba tarde a una cita. Dejé atrás a lo menos una veintena de alemanes esperando que se pusiera verde el semáforo, y me lancé…
Y apareció un policía que me quiso poner una multa. Lo pasé bastante mal, tan mal que casi acudieron a mi rostro unas colaboradoras lágrimas. En fin, que no sé si por ellas o por qué, pero me libré de multa y me fui con regañina: «Reflexione, señora, piense usted en lo que le va a enseñar a su hijo cuando nazca..»
Elisabet
9 febrero, 2014 a las 13:34¡Hola Irabela!
Bienvenida al blog de Crónicas Germánicas. Qué coincidencia 😉
Gracias por tu bonito mensaje y por compartir tu divertida «y arriesgada» experiencia! Jejeje…
Un saludo desde Deutschland*
Los mejores artículos de viaje de enero - Blog de viajes de HostelBookers | Blog de Viajes de HostelBookers
24 febrero, 2014 a las 11:48[…] curiosas. De diferencias culturales va precisamente nuestro último artículo favorito de enero «Alemanadas, tiernas alemanadas», en el que Elisabet nos presenta diversas situaciones que ha vivido en Alemania con una buena […]
Teresa
6 marzo, 2014 a las 15:49Enhorabuena por el blog Elisabet! Me he reido mucho con este post, especialmente por el final…
Mi novio es aleman, y aunque vivimos en Londres, hemos estado por carnavales en Alemania. La alemanada viene cuando en una fiesta en una casa a la hora de irnos se me ocurre decir «vamos?» y todos los amigos alemanes de mi novio me contestan «vamos a la playa!!!». Todo un descubrimiento… No tienen ni papa de espaniol, pero saben decir perfectamente el «vamos a la playa»!!
Estos alemanes… 🙂
Elisabet
6 marzo, 2014 a las 22:11Teresa,
Jajajajajaja!!! Me he reído un montón con tu comentario!! Tengo que probarlo porque tengo la sensación de que me contestarían lo mismo ;D
Gracias por tus palabras y por el comment. Qué ilu que me leas desde Londres!
Un besote desde Deutschland*
Carlos
12 mayo, 2014 a las 19:36¡Felicidades por el blog!
Otra alemanada. Voy en autobús sentado al lado de una Fräulein. No conozco la ciudad y estoy pendiente de la parada. Reconozco el sitio dónde debo bajarme y le pido a la señora que me deje pasar. Resulta que era la última parada del trayecto y yo no lo sabía. La Fräulein se molesta por haberla obligado a cederme el paso y bajar antes que ella, y me echa la reprimenda.
Me resulta muy irritante la costumbre que tienen de entrometerse en cosas que ni les afectan ni les perjudican. En España somos más de «Vive y deja vivir». Si cruzo el semáforo en rojo, si me automedico o bebo agua fría, es mi responsabilidad. A mí nunca se me ocurriría denunciar a un vecino por cómo tenga el jardín o el garaje.
Alguien dijo que dentro de cada alemán hay un policía buscando algún motivo para reprenderte. Por eso carecen de espontaneidad y flexibilidad, son como robots programados.
Saludos
Elisabet
12 mayo, 2014 a las 22:19Carlos,
Gracias por las felicitaciones. Y por animarte a completar el post con tu anécdota! 🙂
Muy curioso lo del policía. Jajaja!
Un saludo*
Dani
12 junio, 2014 a las 13:22Hola Elisabet,
enhorabuena por el blog, me parece muy interesante.
A mi, de vacaciones por Bremen, una pareja no pudo resistirse a comentarme sorprendidos que mi pequeñaja de escasos 9 meses llevase pendientes, que porqué los llevaba.
Lo que tu dices, alemanadas 😉
Elisabet
12 junio, 2014 a las 23:37Dani,
Sí! Esa es una de las primeras que me sucedió a mí también! Me paraban por la calle y todo 😀
Gracias por tus bonitas palabras para el blog.
Un saludo*
2 aniversario blog y mi regalo de cumpleaños - Crónicas Germánicas
29 agosto, 2014 a las 12:59[…] Uno de los post más curiosos es también uno de los más populares del blog, tras descubrir cosas que puedes hacer en la calle en Alemania y no en España. Al fin y al cabo muchas de ellas son “alemanadas, tiernas alemanadas” […]
pajaguja
5 septiembre, 2014 a las 17:26Geniales, tanto el artículo como los comentarios! Pienso en si esta costumbre de meterse en la vida de los demás no tendrá algo de herencia cultural. En concreto pienso en la época de la segunda guerra mundial, cuando cada uno debía guardarse las espaldas porque nunca podía saber si el vecino era amigo o enemigo, o si podía aparecer la gestapo por alguna denuncia, falsa o no. Si te aseguras de cumplir las normas y que tu entorno las cumpla, estás más «seguro».
Sea como sea, reprender en público al incívico ayuda a aumentar el civismo, eso está claro!
Elisabet
6 septiembre, 2014 a las 0:38Pajaguja,
Gracias por animarte a compartir tu opinión!
Un saludo*
BloggerView 015: Entrevista a Elisabet Barber de Crónicas Germánicas
14 marzo, 2015 a las 13:05[…] Alemanadas, tiernas alemanadas […]
Descubriendo Alemania con Meine Mami me mima - Crónicas GermánicasCrónicas Germánicas
8 junio, 2015 a las 0:06[…] y les echo chorizo poruqe me da la real gana, zum Beispiel. Esa costumbre de meterse en todo, que te paren por la calle para decirte que el niño no lleva gorro… me supera. Eso y que elpadrequenosloparió me saque de casa los […]
Juan Calvache
31 enero, 2017 a las 4:24La conducta cívica pasa por ayudar al otro aún sin conocerlo, eres parte de una sociedad y estar en armonía con el entorno presupone una conducta correcta.
He vivido en Bogotá, Colombia, donde a nadie parece importarle absolutamente nada, incluso si pides una dirección te dan otra con el fin de hacerte el daño. La gente se monta en el sistema de transporte masivo sin pagar, al punto de aprobar un código de Policía en Colombia recientemente donde mencionan directamente la palabra Transmilenio, o sea, el sistema descalabrado que se inventaron para meter a los Bogotanos en vagones donde ya no caben, no falta sino que viajen en el techo como en los trenes de la India.
Igualmente, he vivido en el mismo país en la Cívica Medellín, y es como vivir en otro mundo, por Dios, la amabilidad de los paisas, así los llamamos en Colombia, es aterradora, se preocupan si estáis perdido o desorientado, hasta te llevan si pueden, siempre hay una sonrisa y un saludo en los ascensores, la limpieza de sus calles contrasta con la de los Bogotanos, su civismo llega al punto de una preocupación real porque estéis bien en su tierra, por eso ya nos superan en turismo, en imagen internacional, en organización, etc., etc., y esto se convirtió en motivo de orgullo.
Entiendo el orgullo de los Teutones, es la base de su desarrollo, no son cuadriculados, es que como en Medellín (Los alemanes de Colombia), tienen una conducta de solidaridad que los diferencia del resto y eso los hace grandes. A veces llegarán a extremos, pero para nosotros que no los entendemos, es mejor que en tu casa, la solidaridad se sienta, no he visto Alemanes corrigiendo a otros fuera de su tierra.
Elisabet
31 enero, 2017 a las 10:32Muchas gracias Juan por aportar tu experiencia y contarnos un poco de tu país.
Un saludo*
Mariu
3 abril, 2017 a las 12:38Hola!!! Me ha gustado mucho el artículo, mi experiencia es con mi perrita, los tratan igual que a los niños y nunca faltará un alemán que te diga que el perro que dejaste unos minutos afuera en el supermercado está pasando frío o calor según la época del año o si ladra te llamen al Ordnungamt, o que correa es mejor para el perro pero a la hora de conseguir piso todo ese amor que dicen sentir por los animales desaparece por arte de magia y puede ser toda una odisea conseguir uno donde acepten tu mascota.
Elisabet
3 abril, 2017 a las 12:42Muy muy cierto Mariu.
Muchas gracias por tu aportación!!
Un saludo*