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Lo que NO echaría de menos de Alemania

2 julio, 2018

Seguramente en este nuevo post sorprenderé a más de uno. Pero estoy segura de que si me lees desde hace algún tiempo y me conoces un poquito comprenderás perfectamente mi reacción.

Hace unas semanas, Marta del blog la libreta roja me preguntó qué es lo que echaría de menos de Alemania si me fuera. No digo si volviera a España, sino si me fuera de este germánico país, fuera donde fuera.

Alemania

Esta vez ha sido Montse del blog Kartoffel Tortilla quien me ha preguntado digamos «lo contrario». Eli, ¿qué NO echarías de menos de Alemania si te fueras?

Es curioso porque cuando ambas me formularon cada una de sus preguntas, mi reacción no fue la misma al intentar responder. Muy probablemente el post de lo que echaría de menos podría haberlo alargado más. Podría hasta superar esas 10 cosas que echaría de menos si me fuera de Deutschland, llegando incluso a superar más de 20.

Sin embargo, al intentar responder lo que NO echaría de menos de este país si me fuera, sólo me vino una única a la cabeza.

Viviendo en el extranjero, y quizá sumándole a que he madurado, me he dado cuenta de que en todas partes existen momentos difíciles y momentos alegres. Me atrevería a decir que no hay persona en el mundo, resida donde resida, que tenga una vida exenta de dificultades.

Partiendo de esta base, decido responder.

Lo que no echaría de menos de Alemania no tiene nada que ver con los alemanes.

Mi vida aquí no me resulta sencilla. Quizá siempre en mis palabras percibes un tono de positivismo constante e intento de superación. Y es que me he dado cuenta de que ambos son necesarios para sobrevivir y disfrutar cada día. Vivamos donde vivamos.

Otra de las cosas de las que soy muy consciente es que reafirmo la importancia del respeto como máximo y crucial valor a tener en esta vida.

Y es el respeto el que jugará un principal papel a la hora de intentar integrarnos en una nueva cultura.

Precisamente la falta de respeto es lo que no echaría de menos si me fuera. Pero hablo de la falta de respeto por este país de las personas que, como yo, provenimos de otra cultura.

Escuchar o leer constantemente comentarios criticando {para nada constructivamente} Alemania. Y son gente que no conozco, pero también existen en todas partes.

¿Te imaginas recibir a alguien en tu casa y que lo encuentre todo mal?

Imagina sino acudir cada día a un mismo restaurante. Algunos días te gusta más el menú y otros menos, pero te gusta el restaurante. Sin embargo, a tu alrededor hay personas en las mesas colindantes que cada día se quejan de lo mala que es la comida, de lo malo que es el servicio, de lo mal acondicionado que está el local, etc. Pero cada día acuden al mismo restaurante {a pesar de que hay más restaurantes en la zona}.

En multitud de ocasiones leo comentarios de personas quejándose de que si los alemanes hacen mal esto o que si los alemanes hacen mal lo otro. Incluso si los alemanes hacen algo intentando acercar España a Alemania también lo hacen mal.

Comentarios de personas quejándose que son incapaces de darse cuenta de que este país los está acogiendo. ¿Qué hacen aquí entonces? Me pregunto…

Muchas personas se quejan sin intentar cambiar. Ellas mismas ni se plantean cambiar. Y, en realidad, si queremos que algo cambie debemos empezar mirándonos a nosotros mismos y preguntarnos qué podemos cambiar en nosotros. Si somos capaces de identificarlo, nos sorprenderemos como todo irá mejor a nuestro alrededor. Para empezar, quejándonos menos. O incluso atrever a no quejarnos.

Cierto es que la cultura española es quejica por naturaleza. Pero si el valor del respeto lo tenemos presente, nos ayudará a frenar esas críticas destructivas sobre un país en el que residimos.

Al fin y al cabo, el objetivo de todo ser humano en esta vida es ser feliz. Y si estamos aquí, en Alemania, intentaremos ser felices aquí. Intentaremos hacer felices aquí.

Algunas personas me comentaron que, como mi marido es alemán, yo lo tengo más fácil. Paso muchas horas sin mi marido. Muchas de las cosas que me hacen feliz aquí las he conseguido sola. No digo que mi marido no me ayude, digo que mi mentalidad es distinta de esas personas que no paran de quejarse y de crear un mal ambiente a su alrededor.

Te diría que huyas siempre de personas que sólo saben quejarse. Merece mucho más la pena rodearse de personas que te hagan feliz.

Rodéate de personas que te hagan feliz, sea donde sea el país en el que residas

  • Responder
    Cristina Lozano Chico
    2 julio, 2018 a las 20:21

    Totalmente de acuerdo contigo, Eli

    • Responder
      Elisabet
      2 julio, 2018 a las 23:55

      Gracias Cris! Un saludo a Canarias*

  • Responder
    Rosa
    2 julio, 2018 a las 20:34

    Mi aplauso, has dado en la esencia!

    • Responder
      Elisabet
      2 julio, 2018 a las 23:55

      Gracias Rosa ☺️

  • Responder
    Zaira Guerrero González
    2 julio, 2018 a las 20:36

    No se puede decir mejor Querida Elisabet. Eres un ser humano excepcional y tus palabras no hacen más que confirmarlo. Te deseo toda la suerte hoy y siempre. Efectivamente tienes razón, la vida es lucha y sacrificio cada día, pero con amor, ilusión, energía y positivismo, podemos hacer no sólo muchas más cosas, sino lo más importante. que nuestros Seres Queridos sean felices. Un abrazo enorme.

    • Responder
      Elisabet
      2 julio, 2018 a las 23:55

      Muchas gracias Zaira! Un abrazo a París*

  • Responder
    Alejandra
    2 julio, 2018 a las 21:08

    Me alegra mucho leer algo que comparto totalmente. Esa fue la primera impresión que tuve de, si bien no todos, muchos otros extranjeros que viven aquí Alemania.
    A mí, que recién llegada de Suramérica, todo me parecía nuevo y diferente, fui bombardeada con comentarios de todas las cosas que no les gustaban a quienes tenían más tiempo que yo aquí.
    Si bien es cierto que los alemanes tienen su particular manera de hacer las cosas y, además, creen que es la mejor forma de hacerlo, no todo es malo y al integrarse y adaptarse de verdad, aprendemos y crecemos con lo bonito que tiene esta cultura.
    Es como tú dices, es labor de cada quien esforzarse en hacerse feliz en una tierra lejana donde, a propósito, elegimos libremente vivir.

    • Responder
      Elisabet
      2 julio, 2018 a las 23:56

      Muchas gracias Alejandra por compartir tu experiencia y tus impresiones!

  • Responder
    Cristina
    2 julio, 2018 a las 21:09

    Hola Eli,
    Yo soy hija de Españoles nacida fuera. Soy la pequeña y volvimos a España cuando yo tenia 6 años. De eso hace más de 40. Y mis padres siempre tuvieron claro aquello de “allá donde fueres, haz lo que vieres” que tan sabiamente dijo D.Quijote. Así que mientras estuvimos allí nos adaptamos a sus costumbres. Fui a un colegio local, convivíamos con gente local y aunque tenían amigos españoles, habían más amigos/vecinos del lugar. Mi madre se habría quedado allí para siempre porque se integró pero mi padre echaba de menos España. Así que nos volvimos antes de que mi hermano mayor se independizara y se quedara allí.Durante muchos años me sentí “rara” porque flipaba con un montón de costumbres que a mi me parecían raras. Ahora hay muchas que todavía conservo y para otras me he “españolizado “. Pero jamás sentí rara en mi país de nacimiento, excepto porque yo hablaba en casa un idioma que mis compañeros no entendían. 😉. Y como mis padres trabajaban y el colegio tiene esos horarios tan guays, cuando mis padres no estaban en casa, yo me iba a casa de mis vecinos, que me acogían encantados, a esperarlos. Cosa que en España, con mi familia a la vuelta de la esquina no pude hacer. Así que opino como tú. No es fácil integrarse pero con respeto, se puede. Viva el positivismo!!!! 😘

    • Responder
      Elisabet
      2 julio, 2018 a las 23:57

      Muchas gracias Cristina por animarte a compartir tu experiencia y por tus bonitas palabras!

  • Responder
    Luis
    2 julio, 2018 a las 21:36

    El problema es que quejicas los encuentras en todas partes. Supongo que no echaría de menos los quejicas de aquí. Buen post.

    • Responder
      Elisabet
      2 julio, 2018 a las 23:57

      Gracias Luis por compartir tus impresiones

  • Responder
    Rosa
    2 julio, 2018 a las 23:51

    Fantásticas tus palabras!!!!!! Me ha encantado!!!! Saludos

    • Responder
      Elisabet
      2 julio, 2018 a las 23:57

      Gracias Rosa! ☺️

  • Responder
    Magaly
    3 julio, 2018 a las 0:17

    Pero que buenos tus comentarios Elisabet. Que buena y positiva es tu forma de ver la vida en el lugar que sea que vivas. Abrazos

    • Responder
      Elisabet
      3 julio, 2018 a las 9:23

      Muchas gracias Magaly! Un saludo*

  • Responder
    Yasmina
    3 julio, 2018 a las 8:01

    Yo estoy de acuerdo, pero es algo que también puedo decir que no echo de menos de España. Al final, o en mi caso, te das cuenta de que te acabas rodeando de personas tóxicas que no paran de quejarse por todo pero tampoco hcen nada para arreglarlo. Para mí ir a vivir fuera de España fue la ayuda que necesitaba para romper con este tipo de personas que nada aportaban. Como siempre, vivir donde sea tiene sus intríngulis pero al fin y al cabo la actitud y la paciencia es todo lo que cuenta. ‭Nadie dijo que fuera fácil vivir fuera de tu país de origen pero con esfuerzo y ganas al final te sientes como en casa. De hecho para mí es curioso, después de dos años de estar fuera de Barcelona se me hace raro volver y cuando llevo unos días pienso qué ganas de volver a casa. Así que imagino que tener ese pensamiento es que yo ya me siento integrada a pesar de que aun queda mucho camino por recorrer! Un saludo Eli y gracias por compartir tu opinión

    • Responder
      Elisabet
      3 julio, 2018 a las 9:24

      Muchas gracias Yasmina por compartir tu experiencia e impresiones!

  • Responder
    Roseta
    3 julio, 2018 a las 10:21

    Hola Eli,

    me parece super interesante la perspectiva que has elegido para esta entrada, totalmente distinta a los otros bloggers españoles en Alemania. Coincido contigo en tu teoría del positivismo. Yo siempre intento rodearme también de gente positiva y que me sume, esto es algo que notas desde un principio cuando te mudas a otro país. Sin embargo, yo no veo nada negativo en contrastar esas diferencias con España o comentar esos choques culturales que todos nos encontramos a diario, en realidad, lo veo super positivo y divertido, y creo que es algo imprescindible para la adaptación a un nuevo país: identificar diferencias, comentarlas con gente en tu misma situación… etc… También es verdad que no todos los mudamos en las mismas circunstancias y la empatía es algo que no debe faltar, creo que en ocasiones, el estar en una posición privilegiada puede hacernos olvidar, que cada persona tiene sus circunstancias y otros pueden llevan una vida mucho más dura que la nuestra. Un saludo!

  • Responder
    Ulrike
    3 julio, 2018 a las 17:02

    Hola Eli!

    Creo que la palabra que buscas no es «positivismo», sino «positividad». A no ser que con positivismo te refieras a valorar preferentemente los aspectos materiales de la realidad, afición excesiva a comodidades y goces materiales o una actitud práctica ante la vida.

    Como hablas de buscar el lado positivo a la vida, creo que querías decir «positividad», es decir, cualidad de positivo.

    Tranquila, es un error muy habitual y mucha gente confunde positivismo por positividad, pero por eso mismo he decidido comentártelo porque sé que te gusta hacer las cosas bien hechas 🙂

    Si quieres más info sobre el positivismo, aquí te dejo un enlace. Hay toda una teoría filosófica súper interesante al respecto: http://www.philosophica.info/voces/positivismo/Positivismo.html

    Un beso desde Hamburgo!

  • Responder
    vicente montaña guillem
    3 julio, 2018 a las 17:07

    Te comprendo perfectamente, y por eso aplaudo tu comentario. Esa clase de personas (que ciertamente hay en todas partes), yo las denomino «tóxicas» y por tanto se deben de apartar, para que no nos contagien. Yo desde hace mucho tiempo, no juzgo a las personas, juzgo en todo caso sus actos, y así soy feliz. Un saludo.

  • Responder
    Montse- Kartoffel Tortilla
    3 julio, 2018 a las 21:34

    Hola Eli. Gracias por unirte al Blogparade 🙂 Está claro que quejicas y gente grosera hay en todas partes. Creo que lo mejor que se puede hacer es tratar de evitarla. Rodearse de personas positivas, que también quieran aprender cosas de esa nueva cultura y con las que (por qué no) reírse sanamente de las diferencias y dificultades que se van encontrando en el camino. Pienso que una de las partes más bonitas (y a la vez complicadas) de emigrar es el aprendizaje constante, la tolerancia, el respeto y la adaptabilidad. Pero no todo el mundo tiene las mismas habilidades, ni circunstancias así que, supongo que cada uno busca su sitio y sigue hacia adelante como buenamente puede. Un saludo desde NRW!

  • Responder
    Maria
    4 julio, 2018 a las 11:36

    Hola Eli, como siempre felicidades por tus palabras pero esta vez difiero un poco de ellas. Creo que quejicas hay en todas partes, he oído alemanes hablando barbaridades de los españoles y españoles criticando alemanes sin ningún sentido. Pero también creo que se puede opinar si no te gusta algo de un país y no por eso estás siendo un criticón o una persona tóxica, negativa….o no agradecida en este caso a Alemania por haberte acogido. Ser crítico con uno mismo, como tú dices, es importante, pero con lo que te rodea también lo es y no por ser de otro país tengo que estar excluida de poder decir lo malo, como lo maravilloso de Alemania ( al igual que hacia cuando vivía en Barcelona). Un abrazo!!!

    • Responder
      Elisabet
      4 julio, 2018 a las 18:22

      Hola María, precisamente en este Post no me refiero a esas personas que, naturalmente, pueden opinar lo que deseen, sean diferencias o similitudes. Me estoy refiriendo a las que lo hacen destructivamente. Saludos!

  • Responder
    Düsseldorf lleva Umlaut
    5 julio, 2018 a las 15:41

    ¡Qué bien que te hayas unido a la Blog Parade! Me encantan estas actividades colectivas en las que podemos contrastar entre bloggers y seguidores las opiniones sobre un mismo tema.

    Me ha sorprendido mucho tu post, ya que deduzco de tus palabras que si te fueras de Alemania lo echarías de menos absolutamente todo. Es curioso, porque yo misma hay cosas de mi propio país que no echo nada de menos, y eso que lo quiero con locura. No creo que saber valorar las cosas negativas de una cultura te haga menospreciarla.

    Nos vamos leyendo! 🙂

  • Responder
    Judith
    8 julio, 2018 a las 11:00

    Eli comparto totalmente tu opinion. Llevo ya tres años viviendo aquí, cuando llegue estaba asustada a la vez que entusiasmada por conocer esta nueva cultura. Al ver que en mi ciudad habían más personas que hablaban Español, fue un alivio, pensé que sería tan bueno poder compartir esta experiencia con gente que me podría ayudar a comprender y aprender costumbres de aquí. Obviamente todas las opiniones son respetables, pero enseguida me di cuenta que el 80% de las conversaciones eran negativas y poco constructivas. Llegue a pensar que soy un bicho raro, porque aunque si es cierto que como en toda cultura hay cosas que te gustan más o menos, creo que cuando vives en un país que te acoge, el respeto es lo primero. Como dato curioso, montaron un grupo de WhatsApp donde el objetivo era quedar las personas hispanohablantes de la ciudad, para compartir experiencias, actividades juntos, ayudar a los recién llegados, dar a conocer nuestra cultura y gente que quiere aprender el idioma, etc. Una idea estupenda, pero cuando leí el nombre del grupo ”Españolizando Heilbronn “, pues sinceramente me quede un poco blanca! Comente con todo respeto mi opinión y al final obviamente habia gente que compartía esa opinión y otra no, finalmente cambiaron el nombre “Lo mejor de cada casa”. Se que no es muy importante, pero son pequeños detalles que marcan la diferencia.
    Hasta el próximo Post!

    • Responder
      Elisabet
      8 julio, 2018 a las 16:30

      Sí es importante! Muchas gracias Judith por animarte a compartir tu experiencia!

  • Responder
    Óscar
    1 agosto, 2018 a las 18:32

    Coincido contigo, nada me molesta más que escuchar palabras de desprecio y a veces llenas de odio hacia un país que sientes como propio y más si viene de gente que nunca ha visitado el país, o que si lo ha hecho solo conoce la realidad de Alemania como turista (y la mayoría de las veces solo de Berlín y alrededores, ciudad muy distinta al resto del país).
    Sobre todo fue en los momentos más duros de la crisis (aún no superada) donde pude sentir en las palabras de mucha gente el odio hacia Alemania, los alemanes y sus representantes políticos.
    Lástima que viviendo tan cerca unos de otros, con la cantidad de españoles viviendo en Alemania y viceversa, existan estereotipos por la población de ambos países. Quizás no estaría de más lanzar un proyecto similar al de la alianza franco-germana. Menos mal que en este blog y muchos de los que nos sentimos de España y de Alemania sembramos todos los días semillas de concordia y entendimiento. Un placer volver a leerte!

    Un abrazo

    • Responder
      Elisabet
      2 agosto, 2018 a las 9:46

      Muchas gracias Óscar por animarte a compartir tus palabras! Un saludo*

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