Cada Freitag en el blog nos tomamos juntos un Kaffee und Kuchen virtual, donde compartimos lo más destacado de la semana, nuestros planes para el finde o lo que más nos apetezca contarnos. Hoy vecinos felices.
¿Coges tu taza y te unes al café?
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que aún recuerdo como si fuera ayer el día que fui a informarme de la guardería para inscribir a mi hija. Tuvimos una entrevista con la directora. Y esta semana, justo 4 años después, he estado en la sala de al lado entrevistándome con la educadora de mi hija en el Abschluss Gespräch {la reunión anual de evaluación y valoración antes de la despedida de la guardería}.
Afortunadamente todo ha ido muy bien. Además de ser una niña feliz, está muy bien preparada para comenzar la etapa escolar. Aunque, en realidad, yo creo que ni ella se imagina la que le viene encima. Lo digo con un toque de broma refiriéndome a que, poco a poco, y año tras año, ahora va a tocar ponerse las pilas con los estudios. Y sé que, en algunos momentos, quizá no sea fácil. Y, como madre, allí estaré. Junto a su padre, ¡claro!
Pero, lo más importante, va a empezar a tener que ser cada vez más independiente.
Tendrá que velar por sus cosas, por no perder ni olvidar su ropa, tomar sus propias decisiones entre sus amigos, sobre todo aprender también a gestionar las peleas, porque siempre las hay. No me refiero a pegarse, pero cuando se enfadan, ya ninguna Erzieherin {educadora} intercederá. En el cole, por mucha profesora que haya, estará algo más desamparada. Aquí quizá me ha salido un poco mi vena alemana 😀
De todas formas, considero que es necesario dar un paso adelante con una nueva etapa y estoy contenta de que mi hija afronte nuevos y apasionantes retos. Verás tú cuando sepa leer y escribir y la lleve a clases extra-escolares de español.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que el otro día compartí en el Facebook de crónicas germánicas y en mi Instagram esta foto:
Mi vecino nos obsequió con estos Pfannkuchen, y que su receta puedes encontrarla aquí por cierto.
No son filloas, ni crepes, ni ninguna otra cosa. Se parece pero no. Son bastante más gorditos y esponjosos. Confieso que hace los mejores del mundo.
El caso es que recibí un montón de comentarios diciéndome todo tipo de elogios por esos vecinos.
Sí, no te voy a mentir, me siento muy afortunada. Pero quizá hay un matiz a tener en cuenta. La ayuda y el mimo es recíproco.
Lo que hice para disfrutar de unos vecinos tan generosos fue algo muy simple: dar.
Dar, dar, dar, sin pensar en recibir.
Porque cuanto más doy, más recibo.
Evidentemente buena sí, pero tonta no. Cuando te cruzas con gente tóxica, pues no pasa nada. Los evitas y listos.
Pero, en general, la gente es muy maja. Y todos nos merecemos una oportunidad, o dos, o las que haga falta.
Así que este viernes te reto. Si quieres.
El reto de los vecinos felices
El reto es muy sencillo: prepara algo bonito para uno de tus vecinos. Ese que te cae más simpático. O, incluso mejor, ese que te cae más antipático.
Puede ser algo de comida, unas flores, algo de beber, algo que hayas preparado o lo que se te ocurra.
No hace falta gastarse dinero para tener un bonito detalle con tu vecino.
El reto se llama: «el reto de los vecinos felices».
Este mundo ya es bastante complicado a lo lejos en cada país. ¿Te imaginas los unos a los otros haciéndonos felices a nuestro alrededor? Sea en el país que sea.
Estoy segura de que vuestra relación no sólo cambiará, sino que tu día a día, tu vida cotidiana, será mucho mejor.
¿Aceptas el reto?
Si nos estuviéramos tomando un café juntos… ¿Qué me contarías?
¡Feliz finde! Ein schönes Wochenende!
2 Comentarios
Daniel Torres
14 julio, 2017 a las 16:53Hola Elisabet!
He disfrutado del post junto a un café en una helada y tormentosa mañana desde el sur de Chile (con relámpagos y truenos incluidos), mientras hago una pausa en la escritura de mi tesis.
La verdad es que si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría que, no sé si es típico chileno, pero al menos en mi familia y en las pensiones que he vivido en la ciudad donde hago mis estudios universitarios no he visto esta colaboración y relación estrecha entre vecinos, probablemente sea por la desconfianza al otro o la egoísta búsqueda del inmediato retorno del favor o ayuda entregada.
Sin embargo, creo que si fuese a Alemania (ya que allí quiero realizar estudio de postgrado), lo intentaría con gusto, uno nunca sabe si puede llegar a conocer gente interesante o incluso buenos amigos, además de que siempre es importante contar con gente que nos puedan ayudar en determinados momentos, sobre todo en un país extranjero y tan lejos de casa.
Un saludo y buena tarde!
Daniel.
Maria Jose
14 julio, 2017 a las 18:59Hola Elisabet!
Soy nueva por aquí pero me encanta lo que voy leyendo porque no me siento tan sola… Llevo 5 años aquí en Alemania y ahora, por fin, empiezo a contactar con la gente. Hasta ahora solo era casa con niños (tengo tres 6,4 y 3 años). La vecina que tenía antes hablaba también español y claro, practicar alemán más bien poco. Ahora donde nos hemos mudado somos todos nuevos y todos, toditos alemanes. Puedo decir que estoy súper contenta con mis nuevos vecinos (aunque no los entienda al 100%, entre alemán y Schwäbisch) son muy amables y atentos.
Espero poder hacer grandes amigos!
Para empezar mañana nos han invitado a un Grill… Curioso q nosotros las barbacoas en España eran de carne, carne y más carne… Y aquí son de todo y un poquito de carne 🙂
Os deseo a todos un Schöne Wochenende!!!