Cada Freitag en el blog nos tomamos juntos un Kaffee und Kuchen virtual, en el que compartimos lo más destacado de la semana, nuestros planes para el finde o lo que nos apetezca contarnos.
¿Coges tu taza y te unes al café?
Si estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que creo que aún no te había confesado que soy una apasionada del müsli, de los cereales.
Y que uno de mis hobbies favoritos es descubrir nuevos cereales. Cuando estoy en el supermercado reconozco que al pasar por el lineal del müsli me hipnotizan. De repente se me olvida todo y camino cual sonámbula hacia la estantería observando la gran variedad de cajitas. Sí, debo sufrir «müsli obsession«.
El caso es que suelo conocerlas todas porque generalmente compro en el mismo super. Por eso cuando voy a uno nuevo adoro visitar ese lineal.
Y esta vez, contra todo pronóstico, no me cautivó el interior, sino el exterior. Hace un par de días me enamoré a primera vista de este packaging de cereales. Y de pronto supe que «lo necesitaba». Suerte que al final he comprobado que es tan rico por dentro como la cajita por fuera.
¿No te parece ideal?
Si estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que hoy no hay Kuchen, sino müsli. Y que hoy trato un tema del que aún nos falta mucho camino por recorrer pero hemos de conseguirlo. Por ello necesitamos unirnos:
LA CONCILIACIÓN
Si estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que sí, que no me he equivocado en el titular: conciliar o conciliar.
¿Por qué?
Porque considero que conciliar es la única forma de ser feliz.
¿Por qué cuando somos madres o padres (pero en este caso las madres lo sufrimos más) debemos renunciar a nuestra carrera profesional?
Cuando nos convertimos en madres no dejamos de convertirnos en mujeres con intereses propios. Con ambiciones, con aficiones. Todos tenemos 2 padres, un padre y una madre. Y tenemos amor para los 2 por igual. No por el hecho de que tengamos dos recibe cada uno «menos amor».
Del mismo modo, cuando tenemos un hijo seguimos teniendo amor por las cosas que más nos gustan. Simplemente necesitamos reestructurar el tiempo que les dedicamos. Pero que decidamos este camino y, por ello, tengamos algo menos de tiempo, no significa que lo hagamos peor.
Podemos dedicar perfectamente un espacio de nuestro día a nuestra vida profesional y otro espacio para nuestra vida personal, nuestras aficiones, nuestros hijos, nuestra familia, nuestros amigos.
¿Por qué la sociedad nos penaliza por ello cuando nos convertimos en madres?
Si estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que para conocer el mundo de la conciliación en Alemania te invito a leer este post de María, quien lo explica perfectamente. Y donde destacaría la dificultad de conciliar debido a la falta de guarderías y a los horarios escolares imposibles (algunos colegios terminan a las 11:30h de la mañana).
Para más inri, destacaría que en Alemania está mal visto que alguien te ayude en casa. En Deutschland se estila hacerlo todo tú sola, limpiar, hacer lavadoras, planchar, cuidar de los niños, … Éste es el papel generalmente definido en este país para una mujer en cuanto se convierte en madre.
Contaría con los dedos de una mano y me sobrarían 5 las mujeres que conozco en Alemania que trabajen a jornada completa. Con esto lo digo todo.
¿Y en España?
Lo que más me horrorizaba cuando trabajaba allí eran (y lo siguen siendo) las jornadas de infinitas horas provocadas por la cultura del presencialismo, la cultura del «calentar la silla».
Meine Damen und Herren, una mente fresca deja de estar fresca al cabo de tropecientas horas. Si una persona es capaz de cumplir con sus objetivos trabajando unas 6 horas diarias, ¿por qué no puede hacerlo? ¿Qué hay de malo en eso?
Si consiguiéramos equilibrar el tiempo destinado cada día a nuestro trabajo y a nuestra vida personal, seríamos más felices.
Porque tendríamos diferentes cosas con las que disfrutar y en las que pensar. Porque en la variedad está el secreto. Un poco de trabajo y un poco de vida personal. Trabajadores felices, trabajadores MUCHO más productivos, con las pilas cargadas. Cada día. Sin renunciar.
Por eso me sumo a la iniciativa promovida por Laura desde el club de malasmadres: #yonorenuncio #yoconcilio.
Te animo a sumarte a ti también, para que consigamos entre todos que POR FIN las cosas cambien.
En tan sólo 3 días se han conseguido reunir más de 58.000 firmas.
Y el enlace para poder firmar para apoyar la conciliación.
Si estuviéramos tomando un café juntos… ¿Qué me contarías?
8 Comentarios
catalana2001
23 octubre, 2015 a las 11:40Chica, qué buena pinta tiene ese Müsli!
Yo soy una de esas madres que trabaja a jornada completa en Alemania, mi marido también a jornada completa y sin familia de apoyo a la vuelta de la esquina. Pero no me puedo quejar, pues gracias a la iniciativa de la Sra. von der Leyen como ministra de asuntos de familia en los años 2005-2009, mi empresa mejoró notablemente su política familiar: mayor flexibilización de horario laboral, trabajo desde casa y guardería de empresa son algunos de los avances de los últimos años.
Hay que seguir luchando, día a día, y es estupendo que haya iniciativas para abrir los ojos a los políticos.
Feliz finde !
Elisabet
1 noviembre, 2015 a las 21:49Gracias guapa!
Un saludo*
meinemamimemima
23 octubre, 2015 a las 13:14Muchas gracias Eli, por integrarme en tu post 🙂 Buen día!
Elisabet
1 noviembre, 2015 a las 21:50Un placer darling 😉
Desirée
24 octubre, 2015 a las 4:07Totalmente de acuerso contigo, Princess. Conciliar se hace dificilísimo con las dinámicas que marca la sociedad y con la poca posibikidad de ajustar horarios laborales y escolares.
Elisabet
1 noviembre, 2015 a las 21:50Gracias Desirée.
Un petonet*!
Carmen Ruiz
27 noviembre, 2015 a las 10:52Si me tomara un café contigo te contaría:
Lo primero, felicidades por el blog, tan bonito, tan cuidado y los temas tan interesantes…
Además te contaría que yo también soy madre en Alemania, que renunció a la jornada completa para cuidar de sus hijas, que ha tenido que hacer frente a un traslado de ciudad para seguir al marido a su nuevo destino y aunque aquí siempre faltan guarderías o son caras, el colegio tiene unos horarios y unas exigencias que dan miedo, sigo pensando que aquí tenemos muchas más oportunidades que hay que aprovechar. Animo a todas las madres que quieran trabajar, porque sí se puede y renunciando a intentarlo se renuncia a mejorar la situación.
Además te contaría que me ha gustado tanto tu blog que espero poder pasarme más a menudo y disfrutar del café.
Elisabet
1 diciembre, 2015 a las 22:42Muchas gracias Carmen!