Cuando entras en contacto con una nueva cultura, infinidad de situaciones cotidianas te llaman la atención, puesto que te das cuenta de que «lo normal» para unos no tiene porqué ser «lo normal» para otros.
Y cuando, poco a poco, empiezas a conocer y familiarizarte con esa nueva cultura, llega un momento {casi sin darte cuenta} en el que empiezas a interiorizar sus costumbres y hasta algunas de ellas llegan a formar parte de tu día a día. En mi caso, al llegar a Alemania hace ya algunos años, me empecé a dar cuenta de que, paulatinamente, me estaba alemanizando.
La palabra «alemanizarse» personalmente la utilizo para indicar que estamos integrándonos satisfactoriamente en nuestro nuevo país, en Alemania. Y lo puntualizo así porque, en mi caso, no la utilizo con rintintín. No la utilizo en el mal sentido. No me refiero a que lo suyo sea ni mejor ni peor que nuestras costumbres, sino que se me pega por estar viviendo aquí en Deutschland. Y, en muchas de las ocasiones, veo grandes ventajas, como por ejemplo que cada vez prefiero más dar la mano a un desconocido cuando te lo presentan que tener que plantarle un par de besos en su mejilla. O, aún peor, que él me los plante en la mía.
Aclarado este punto, y transcurridos algunos años de integración exitosa en el nuevo país, también sucede a la inversa. Cuando vuelves a tu país de origen te sorprendes de cosas cotidianas que nunca antes, por no haber vivido una temporada fuera de tu país, te habían sorprendido.
De estas últimas, la que más gracia me hizo fue sorprenderme porque al regresar por unos días a España, todo el mundo a nuestro alrededor estaba hablando español. Sí, parece una tontería, pero cuando llevas mucho tiempo en el extranjero y regresas y escuchas por todos lados tu lengua madre llegas a sobresaltarte y todo.
Y no sólo eso. La anécdota que me animo hoy a compartir aquí es lo que sucedió con nuestros vecinos en Barcelona en uno de los momentos y situaciones más cotidianas de la vida: el uso de la lavadora.
Bien, en el aproximadamente 90% de los edificios en Alemania, la lavadora está en el sótano. Casi nadie tiene la lavadora en su propia casa. Esto es una herencia el pasado que daría para otro post, pero tiene sus ventajas e inconvenientes, que también daría para otro post.
Una de las grandes ventajas es que no se escucha su ruido. Tú puedes tener la lavadora más silenciosa de la galaxia, pero si tu vecino no tiene dicha suerte y tiene una lavadora que va a pedales, en realidad te da igual, porque en Alemania nunca la escucharás, puesto que está en el sótano.
Ruhe Zeit: Ahora viene lo bueno
En Alemania hay una regla no escrita que se denomina «ruhe Zeit». Esto es, que de las 22:00h a las 06:00h no se debe hacer ruido para velar por el descanso de los vecinos. Te aseguro que es una maravilla este invento, aunque siempre hay excepciones como las fiestas veraniegas y sucedáneos, pero ya me entiendes. Eso sí, como pase el camión de la basura a las 06:01h estás muerto.
Ahora la anécdota
Una de las consecuencias de alemanizarse es acostumbrarse a respetar el «ruhe Zeit». Bien, cuando pasamos recientemente unos días en Barcelona, estábamos en casa y eran pasadas las 22:00h. Las lavadoras están en casa de cada uno. Pero, en nuestro caso, están en un patio interior en el que se escucha perfectamente al vecino.
Y nuestro caso es el de posesión de lavadora silenciosa frente a vecinos con lavadoras a pedales. Pasadas las 22:00h no es la primera ni la segunda ni la tercera vez que escuchábamos la lavadora de los vecinos. Es más, la lavadora estaba puesta a las 0:00h mientras yo intentaba terminar el día relajada y terminar de ver una peli en el sofá {otro día hablaremos de los horarios de las películas en España que cada vez me parecen más imposibles y debería «ser pecado» que terminaran tan tarde las de la noche}. Pero llevábamos ya tiempo viviendo en Alemania y me dispuse a realizar lo que se acostumbra a hacer por estos lares: protestar. Pero, otra vez, no lo digo en plan mal, que en ocasiones sí lo hacen con quejas significativas {he visto vecinos en Alemania incluso escribir una carta al vecino de enfrente para quejarse por el ruido de una fiesta veraniega}.
Así que, cansada de escuchar eternamente en nuestras visitas a Barcelona la lavadora del vecino pasadas las 22:00h, me dispuse a escribir un letrero que rezaba así:
Por el descanso de niños y mayores, rogamos al poseedor de la lavadora de ruido infernal que no la encienda a partir de las 22:00h. Muchas gracias.
Pero no tenía celo. Y, además, estaba convencida de qué vecino se trataba.
Nos fuimos a saludar a nuestros más allegados vecinos y me animé a solicitarles un poco de celo para mi sugerente cartel a la vez que me animaba a compartir con ellos mi indignación y el porqué del mensaje que me disponía a colgar en la escalera. Cuál fue mi sorpresa cuando su cara, la cara de nuestros adorables vecinos, empezó a cambiar. Confesaron que su lavadora era algo vieja y que hacía algo de ruido. Yo, sin darme cuenta, seguía con mi indignación, puesto que me dijeron que tan tarde no la habían encendido.
Mi marido se dio cuenta, pero yo salí de allí con el celo y mi cartel. Lo colgué abajo y al regresar a casa ya no estaba.
Al volver a visitar a mis vecinos más allegados, el marido me confesó que él había quitado el cartel, porque la lavadora que hacía tanto ruido era la suya. Y la mujer me dijo que para Reyes le habían traído un «vale» por una nueva.
Te puedes imaginar mi cara de «mátame camión y no sé dónde meterme«. Estaba segura de que la lavadora era propiedad de unos estudiantes que viven abajo. Pero mi lado más alemanizado me arrastró.
Eso sí, los pobres no creo que vuelvan a encender la lavadora después de las 22:00h en su vida. Mientras tanto, yo aún sigo recomponiéndome del entuerto.
¿Y a ti? ¿Te ha sucedido ya alguna consecuencia por el hecho de haberte integrado exitosamente en una nueva cultura? ¡Cuenta! ¡Cuenta!
34 Comentarios
Laura
1 febrero, 2017 a las 9:12Moin Elisabet! Después de 6 años por el norte de Alemania me siento ya más que alemanizada, y con el paso del tiempo ya casi ni te das cuenta… Lo que cuentas de dar la mano en vez de dos besos me parece genial, pero a veces si suelo plantar los dos besos españoles si me apetece… 😛
Aquí un par de cosas que demuestran que estoy «alemanizada total»
– A la Hora del «Tageschau» (20.00 h) estar ya cenada y en el sofá.
– Beber agua con «Kohlensäure» es algo normal ( pero mejor Medium que Classic)
– Beber mucho Ostfriesentee.
– NO SIN MI BICI – Es ya parte de mi…
– Llevar bolsas de tela por el bolso, por si acaso hay que pasar por el supermercado…
– Apreciar mucho más los dias soleados, es Como una Fiesta!! SONNEEE!!! Esto conlleva automáticamente el ir rápido a comprar Carne, carbón y demás… SCHMEISS DEN GRILL AN !!
Saludos desde Ostfriesland!!!
Laura
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 13:26Muchísimas gracias Laura por tu gran y genial aportación!
Un abrazo rumbo al norte*
Cristina
1 febrero, 2017 a las 14:40«Col en sobre», jajaja. Ya no se me olvida!!!
Edgard
1 febrero, 2017 a las 9:24Muy bien que te quejes de que la gente ponga la lavadora tarde en Alemania… pero en España, donde el coste de la energía durante el día puede el 50% más caro que por la noche, las mismas asociaciones de consumidores recomiendan que, si puedes, pongas la lavadora a partir de las 0:00.
Españolízate –o mejor dicho, try to see the bigger picture.
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 13:24Querido Edgard,
para comentar en este blog hay que tener, por encima de todo, una cosa muy importante: respeto.
Gracias por recordarlo ?
P.S.- Revisa tu inglés ?
Edgard
2 febrero, 2017 a las 13:03No veo donde haya podido faltar con el respeto… mi comentario es sencillamente un apunte sobre uno de los muchos efectos de la crisis en España que alguien más abajo explicó con más palabras: aquí la energía es muy cara –principalmente para familias con uno o más de sus miembros en el paro– y la franja horaria de menor coste empieza a las doce de la noche.
Sólo puedo entender que consideraste que mis palabras no son respetuosas porque las has tomado como un ataque personal en vez de un contrapunto al presunto proceso de «alemanización» que comentas en tu post. Pero bueno, las palabras no pertenecen sólo a quien las emite, pero también a quien las recibe…
P.D. No necesito revisar mi inglés, la expresión está perfectamente escrita (si lo dices por el «bigger picture», es perfectamente aceptada al lado de «big picture»).
Cristina
1 febrero, 2017 a las 14:43Creo que lo de la tarifa nocturna hace mucho que no existe ya en España, aunque no lo podría asegurar. En cualquier caso, por muy barato que sea poner la lavadora por la noche, a mí me parece una falta de respeto muy grande si la lavadora está pegada a la pared que da a tu vecino.
El ejemplo de la lavadora se usa para que nos demos cuenta de que en España pasamos bastante de las normas más básicas de urbanidad y convivencia. Se habla de una lavadora de la misma manera que se podría haber hablado del reciclaje, lo que la gente ensucia las calles sin importale nada…
Un saludo
Alba
1 febrero, 2017 a las 16:20Hola Elisabet. Te leo siempre con mucho gusto, aprendo mucho y ademas veo que en muchas ocasiones las experiencias son similares.
En este caso, me gustaria aportar que despues de 10 anhos viviendo en Alemania, sigue habiendo muchas cosas a las que no me adapto o que siguen sin agradarme; digamos que me he «alemanizado» lo necesario para poder integrarme pero me niego a perder mi esencia.
Con respecto a los comentarios anteriores, me gustaria que reflexionasemos un poco y tuviesemos en cuenta la realidad social de cada pais por separado: los horarios, comidas, amistad, relaciones sentimentales, laborales, etc. son muy muy diferentes. No se debe generalizar.
La tarifa de la luz en Espanha es variable ( http://www.tarifadeluz.com/ ) y hay muchas familias que estan a pasar mucho frio este invierno por unos precios desorbitados (los mas altos de Europa…) ; que la tarifa dependa de la franja horaria hace que en muchos casos las lavadoras se pongan en horas intempestivas para una persona acostumbrada al horario aleman. Eso si, viviendo en Berlin, donde vivo, aqui los horarios «estereotipados» alemanes escasean mucho, asi como tambien las normas de urbanidad y convivencia de las que habla Cristina; hay zonas de esta ciudad que es casi un basurero …
Por ello, creo que se debe evitar generalizar sobre las distintas culturas.
Un saludo. Alba.
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 16:22Gracias Alba por aportar tu experiencia.
Un saludo*
Victoria
1 febrero, 2017 a las 10:11Elisabeth, nena, esto es alemanizarte de mala manera… Que pierdas el entendimiento por lo que es normal en tu país y esperes que tus vecinos cambien sus costumbres los cuatro días al ano que tú estás en Barcelona es perder un poco el Norte…
Otro comentario, llevo siguiendo tu blog desde hace tiempo y siempre choco con el mismo problema en muchos de tus posts… Hablas de lo que pasa “en tu escalera” como si pasara en toda Alemania (lavadoras en el sótano, costumbres de tu guardería, examen para entrar en la escuela primaria, conciliación familiar…). Incluso en los videos haces comentarios jocosos como “que nadie se me enfade si estoy generalizando…” El problema no es que generalices, es que no te informas de si estás generalizando siendo tu caso parte del 90% o del 10%… Dices que te gusta investigar, pues creo que deberías hacerlo y traer un extra de valor añadido al blog con posts que reflejen realmente lo que pasa generalmente en Alemania o comparando lo que pasa en distintos sitios.
Por último, una petición! Nunca has hablado de trabajar en Alemania. Yo lo veo como uno de los puntos más importantes para integrarse, para cuándo un blog sobre trabajar en Alemania?
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 13:25Querida Victoria,
lo más importante en este blog es el respeto. Me lo pierdes desde tu primera palabra, puesto que no escribes bien ni mi nombre. La segunda palabra es, sin embargo, mucho peor.
Así que comentarte que en mi blog comparto lo que me apetece.
Es curioso porque nunca había sido tan clara.
Feliz día ?
Victoria
2 febrero, 2017 a las 22:15Lo haces todo genial guapi. Este sí que es del tipo de comentarios que podemos hacer? Pues ala, a ser feliz! Aprovechar para mejorar algo no va contigo!
Karen
9 febrero, 2017 a las 22:10Disculpa Victoria, pero ella está contando si experiencia por algo. Las personas que viven o han vivido en Alemania lo entienden y creeme que suele pasar. Yo volvi a Ecuador y estaba alemanizada: a todo extraño le daba no mas la mano!
Teresa
1 febrero, 2017 a las 14:12Hola Elisabet,
Aquí en Dinamarca también existe la hora límite de poner lavadoras o secadoras si las tienes en tu piso pasadas las 8 de la tarde. Yo al principio me molestaba un poco porque a lo mejor, por cuestiones de trabajo no podía ponerla antes. Pero me he dado cuenta, que la verdad que se agradece un poco de silencio llegada a esa hora después de un día ajetreado. Es cuestión de planificarse porque al final, te da tiempo. Ahora ya no es un problema.
Otra cosa que yo recuerdo de Alemania es por ejemplo lo de las mascotas. No en todas las comunidades de vecinos te dejaban tener mascotas, o a lo mejor, podías tener gatos pero no perros (y viceversa). ¿Aún sigue vigente? Nunca llegué a entender el porqué.
Feliz día
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 15:05Hola Teresa!
Gracias por aportar tu experiencia desde Dinamarca. Cuando viví allí nuestro piso no tenía lavadora e íbamos a la lavandería. Un poema también!
Sobre las mascotas, sí es cierto que en ocasiones el tener mascotas en el piso está incluso regulado por contrato! El porqué lo desconozco, aunque siendo Alemania tampoco me extraña mucho que lo regulen ?
Un saludo*
MariaWolle
1 febrero, 2017 a las 19:32En mi contrato (Berlin) está regulado lo de las mascotas! Muy gracioso, porque te pone que puedes tener un animal 7 días máximo y si es pequeño. Tampoco sé porque, pero me imagino que por ruido y para que no se estropee el piso? Ni idea!
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 22:18Jajaja!! 7 días máximo María? ?
Gracias por pasarte.
Beso hacía Berlin*
Ervin
1 febrero, 2017 a las 14:52Tu blog es muy bueno y sirve de mucho para quienes planean vivir en alemania. No hagas caso a comentarios tontos. Podrias algun dia hablar sobre la busqueda de vivienda en alemania, entiendo que es un problema. Tambien, quisiera saber algo sobre escolarización, edad tramites etc. Mil gracias.
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 15:08Hola Ervin,
gracias por tu mensaje y tu consulta.
Te paso un par de enlaces a artículos del blog que reflejan los temas a los que te refieres:
https://cronicasgermanicas.com/2015/01/12/buscando-casa-en-alemania/
https://cronicasgermanicas.com/2017/01/18/escolarizacion-en-alemania-einschulungsuntersuchung/
Un saludo*
Rach
1 febrero, 2017 a las 15:39Se puede poner un me gusta a los comentarios? Me encantan tus respuestas a las faltas de respeto
Mili
1 febrero, 2017 a las 16:38Digo lo mismo, cualquiera puede tener otro punto de vista pero sin faltar el respeto, a mi me encanta tu blog!?
Soy de Perú y vivo en Bélgica y si, aquí usamos la lavadora a partir de las 10 de la noche ?
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 17:08Gracias Mili por compartir tu punto de vista.
Roseta
1 febrero, 2017 a las 17:03Hola Eli,
Muy interesante tu anécdota de hoy. A mí, a veces, me encanta alemanizarme, estos son algunos de mis puntos favoritos:
– estar por casa sin zapatos de calle
– estar rodeada de tanto verde en las ciudades
– poder reciclar tantísimo
– ir a todas partes en bici
– los horarios de las comidas
– el silencio (o la tranquilidad) en algunos lugares públicos
– las temperaturas del verano
Y algunos de mis puntos menos favoritos:
– gente que le dice a otros adultos lo que deben y no deben hacer
– lo dificil quedar expontáneamente
– en las cocinas no hay campanas extractoras en condiciones
– no siempre consigues una bebida con hielos
– en la farmacia te hacen tantísimas preguntas
– las temperaturas en invierno, jaja
Cómo ves el tema «alemanizarse» dá para mucho. También quiero añadir que el Ruhezeit no es una regla «no escrita», como dices, sino que está regulado por ley: http://www4.um.baden-wuerttemberg.de/servlet/is/39357/ Por cierto, yo llevo casi 4 años en Alemania y jamás he visto una lavadora en un sótano, jajjaja (y he visitado muchísimas casas y pisos) 😉 Un saludoooo!
Elisabet
1 febrero, 2017 a las 17:09Jajaja!! Roseta lo de los adultos que te dicen lo que tienes que hacer es total!! ???
Gracias por compartir tu experiencia.
Lídia
1 febrero, 2017 a las 18:10Hola Eli, te sigo desde hace un tiempo y me encanta tu blog. A mi me encanta Alemania solemos venir cada año de vacaciones. Entiendo que sea facil alemanizarte viviendo en ella…nostros sólo viniendo un mes también nos «alemanizamos». Enhorabona
Rosa
1 febrero, 2017 a las 18:58Las normas de buena vecindad se agradecen en todos los países.
Y qué tal si nos tomamos una tila?
Grüße aus Vigo Elisabet
Reyes
1 febrero, 2017 a las 22:15Soy española y vivo en España pero me encanta tu blog porque me aporta mucha información que de otra manera desconocería. Ojalá en España la gente fuera más considerada con las horas no sólo de las lavadoras sino con la reciclar el vidrio o gritar con sus hijos (hay días que a las 11 de la noche o más ).
Sigue haciéndolo como hasta ahora porque lo haces genial ?
Elisabet
2 febrero, 2017 a las 9:15Gracias Reyes. Sí es cierto que aquí en Alemania la gente en general grita mucho menos.
Un saludo*
marta - lalibretaroja
2 febrero, 2017 a las 8:57Yo también soy muy fan del pagar getrennt. No a malas, pero sobre todo en grupos grandes muchas personas comen (bastante) más que yo, o se aprovechan y se piden lo más caro o beben tres veces más alcohol que yo, y después de años y años pagando siempre de más, estoy encantada de que aquí cada uno se pague lo suyo y lo que su bolsillo se pueda o quiera permitir. 🙂
Elisabet
2 febrero, 2017 a las 9:16Verdad Marta? Lo deberíamos exportar esto ?
Elena Regalado López
2 febrero, 2017 a las 10:06Es verdad lo de la tarifa ya esta mas pasado que Rita, ahora lo que hay que hacer es lo de la discriminación horaria ( que por cierto tengo que hacer yo también) para que elijas en que franja prefieres y esa resulta mucho pero mucho mas económica. En unos meses me toca alemanizarme y estoy deseándolo!
besos!
Elisabet
2 febrero, 2017 a las 10:13Gracias Elena!
Un abrazo*
Paola
3 febrero, 2017 a las 10:33Pues si que se ha liado con el tema lavadora. En mi zona, Bodensee, lo normal es tener lavadora propia en casa, la mayoría lo ponemos de día (sobre todo el verano, para que los días de sol se te seque rápido) Lo que si tenemos es sótano, para colgar la ropa, que no deja de ser curioso, pero aquí aún nunca vi un tendal en la fachada o en un patio de luces.
Soy hija de un trabajador de una de las compañías de luz que hay en España, y se que, antes (ahora lo desconozco) que había una tarifa especial nocturna (más barata, y que la recomendaban mucho, realmente porque para ellos era una forma de ganar dinero)
Esta claro que puede ser un fastidio, pero también lo es para el que tiene que esperar hasta tarde para ponerla y tenderla o meterla en la secadora, o el que no tiene dinero para una buena y silenciosa, seguramente el mayor problema en España esta en el horario laboral, que da para una vida de debate (aunque yo en Alemania también lo sufro, mi comunidad es» especial» en el contrato pone que no se puede hacer ruido de 20:00 a 9:00, y en mi caso es duro porque trabajo en la cocina de un restaurante y en un centro deportivo de Tenis, cuando hay cenas y mi pelo huele a comida temo molestar con la ducha o el secador… y tampoco podría aguantarme, porque al trabajar en el centro de Tenis me levanto antes incluso de ese franja de respeto general) Y aquí al ser zona ultra religiosa, «Dios» te libre de hacer algo un Domingo o festivo religioso, nosotros lo desconociamos, y un Domingo mi novio se puso a cortar el césped, y el pobre que no sabía alemán, no se enteraba de nada de lo que le decía una señora, hasta que el vecino adolescente que tenemos, al oír a la señora salió y se lo explico en inglés (yo estaba trabajando y me perdí el espectáculo) Al final creo que los que nos pasa al principio, es que tenemos tanto miedo a que se quejen o nos llamen la atención, que somos más alemanes que los propios alemanes. Yo con el paso del tiempo,me he adaptado y me he apropiado las costumbres más cómodas y bonitas de cada cultura (que si los mercados navideños, que si recetas, que Nikolaus con chocolate, mandarinas y cacahuetes…)
Donde yo noto que me he alemanizado, en el gracias, y por favor, y en decir algunas palabras con la pronunciación alemana como la er «a» en Radler (y no veas la vergüenza que pase en un un bar de Bilbao, cuando vi que la tenían y la pedí) También me paso lo de dar gracias en alemán, varias veces. Lo de dar dos besos, es que yo era de las que ya ni los daba en España, aunque me haya costado fama de borde, muchas veces. Las comidas y el horario, me temo que también me han pasado factura.
En cambio hay cosas que sigo «odiando» como solo sacar una vez al mes el plástico, y tenerlo en casa (en mi caso, en el trastero, porque al vivir en piso, no tengo espacio y en el jardín me queda feisima la bolsita amarilla) Para el papel, el resto de basura, y la orgánica, tenemos una zona común.
Creo que a todos nos pasa, que hay cosas que antes nos pasaban desapercibidas o hacíamos y ahora incluso nos pueden molestar. Pero tenemos, que intentar, molestarnos menos, y disfrutar más.
Un saludo
Paola
Elisabet
3 febrero, 2017 a las 10:36Muchas gracias Paola por compartir con tanto detalle tu experiencia.