Cada viernes en el blog nos tomamos juntos un Kaffee und Kuchen virtual, donde compartimos lo más destacado de la semana, nuestros planes para el finde o lo que más nos apetezca contarnos. Y hoy me gustaría compartir contigo mi propósito para este año.
¿Coges tu taza y te unes al café?
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que ahora que hemos vuelto a la rutina me he dado cuenta de algo muy importante.
Este año nos ha costado algo más «despegarnos» de nuestra querida Barcelona tras las Navidades para regresar a Alemania. Bueno, en realidad no debería decir «nos» ha costado, sino «me» ha costado. Confieso que nunca antes me había ido algo triste de Barcelona al regresar a Alemania. Nunca en 5 inviernos que llevamos ya.
Pero este año fue un poco especial…
Quizá si tienes a tu familia fuera, en otro país o lejos de tu ciudad de residencia, me comprenderás algo mejor.
No se trata de echar de menos a la familia, que también. Se trata de «películas» que me he montado con «lo que podría suceder» si ellos están ahí y me necesitan más cerca mientras yo estoy a miles de kilómetros de distancia. Diría que es uno de los momentos o factores más duros de la expatriación. Ciertas preocupaciones adquieren mayor protagonismo por el hecho de estar lejos. ¿Y si les sucede algo malo? ¿Cómo lo gestionaré? Mi preocupación por cómo gestionar el día que me necesiten me da más «miedo».
Afortunadamente por ahora todos están bien, con sus cosillas, pero bien de todas formas. Pero el «¿y qué pasa si pasa algo?» me atacaba últimamente. Y, por efectos colaterales, una cadena de preocupaciones «irreales» le sucedía.
Nuestra idea de momento es quedarnos en Alemania, pero no sabemos por cuánto tiempo. Diría que aunque nuestra idea fuera quedarnos 20 años en Barcelona nadie hubiera dicho que ahora estaríamos en Alemania y mira, de un día para otro todo cambia.
Y ¿qué he aprendido de todo esto?
El 90% de nuestras preocupaciones nunca llegará a suceder
Hay un estudio, que ahora no sé dónde leí, que dice que el 90% de nuestras preocupaciones nunca llegarán a suceder. Nunca serán realidad. ¡El noventa por ciento! ¡Eso es mucho!
Así que, en lugar de «preocuparme», lo que he decidido es «ocuparme» de las cosas que sí son reales y que puedo solucionar, cambiar o mejorar. Y las que puedo avanzar o planificar, pues las avanzo y las planifico.
Pero las que no puedo planificar y a priori me preocupan voy a proponerme como propósito del 2017 a que no me afecten tanto {o nada}. En el momento en que las cosas ocurran, habiendo planificado lo «planificable», seguro podré encontrar la mejor manera de dar lo mejor de mí para solucionarlo. ¿Y si seguimos aún 10 años más como estamos ahora? ¿Te imaginas 10 años más «preocupándome» cada día por lo mismo sin que ocurra nada malo en realidad?
Planificar, organizar y ocuparse en lugar de tanto «preocuparse»
Quizá no piensas como yo, faltaría más que siempre tuvieras que pensar lo mismo que yo, pero simplemente es una reflexión que quería compartir contigo en nuestro café de los viernes para mandarte fuerzas por si a ti también te cuesta y para animarte con tus propósitos de este nuevo año que empieza.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos… ¿Qué me contarías?
¡Buen finde! Ein schönes Wochenende!
13 Comentarios
Gaby Br
20 enero, 2017 a las 4:34Excelente reflexion Eli, mejor ocuparse que preocuparse. Lo aprendi tambien en una ocasion en la que «lo que me preocupaba» tanto, llegado el momento no ocurrio, y fue como tanta energia desperdiciada! Totalmente de acuerdo contigo en que es mejor «tomar acciones», desiciones, tener la mente clara y reacionar de la mejor forma cuando ocurran las cosas.
Saludos
Gaby Br
20 enero, 2017 a las 4:39Ah! y hacernos cargo de nuestras desiciones, con lo positivo y lo no tanto ?
Maribel
20 enero, 2017 a las 7:56Elisabet, hoy durante el café te contaría…cómo echo de menos también Barcelona, mi madre, mis amigos y,lo más importante, mis dos hijas que tengo allí ?, son veinteañeras y yo estoy aquí, en Berlín con el pequeño, de 14 y mi marido alemán. También tengo el mismo pensamiento y propósito,si nos preocupamos por todo, no podríamos vivir.Pienso que somos afortunadas ?, tenemos tanto y nos quejamos tanto! A pensar positivo y vivir el día a día, solucionando los problemas según lleguen. Un abrazo y feliz fin de semana!
Monika Ammann
20 enero, 2017 a las 9:51¡Ser positivo y mirar hacia adelante con buenos propósitos!
Mañana cumplo 60menos1, wuau, y me siento muy bien, tanto es así que voy a celebrarlo con una «party» a la que asistirán personas de diferentes épocas de mi vida, y a las que quiero mucho.
¡Ocupándome, ya ves! 😉
Isabel
20 enero, 2017 a las 11:02Llevas toda la razón Elisabet!! Yo lo intentó cada día y poco a poco lo voy consiguiendo…. Y así, soy más feliz ☺️!!!! Gracias por tus consejos ?.
Paola Amor
20 enero, 2017 a las 11:19Guten Tag!
Yo si que me siento identificada, mi pareja es vasca y yo gallega, también estamos en Alemania, y nuestros abuelos empiezan a estar muy mayores (volvemos siempre con ese temor de que te llamen un día y tengas que coger un avión…) y nuestros padres ya no son unos chavales, y cada año les ves un poquito más mayores y te planteas y si se pone enfermo, y si muere uno y el otro esta solo… Nosotros no tenemos hijos, nos hemos planteado tenerlos, porque todos nuestros amigos ya tienen, y la vida aqui es muy familiar, pero eso te lleva a que pienses, pufff y solos sin ayuda de una abuela (yo lo viví, y me moría de envídia cada vez que veía que una abuela iba a mi colegio a buscar a algún amigo) por suerte en Alemania van em grupos de niños solos y eso no lo viviría jajajaja, o si luego tiene sus amigos y no se quiere volver.. pero por otro lado también piensas en formar «tu propia familia» o mejor dicho «ampliarla» aunque lejos, porque bueno me gustan los niños y al final si no tuviera habría otros «y si…»
No quedará más remedio que gestionar esos «y si…» según vayan sucediendo, por suerte la rutina ayuda a que no estén tan presentes en el día a día, al menos a mi, los primeros días es difícil con muchas mezclas de sentimientos, pero al final pasan los días y piensas en el verano, y luego vuelves y piensas en navidades… ¡Y asi pasan los inviernos!
Carmen R.
20 enero, 2017 a las 11:49Cuanta razón! Es el peor sentimiento de las vueltas a estas tierras. Yo creo que ese «miedo» es inevitable, al menos para mí. Me he dado cuenta de que estando lejos se llega a sobredimensionar un poco el hecho de que tus padres enfermen o tengan algún achaque, por insignificante que sea. Habrá que aprender a gestionarlo…
Saludos!
Eulàlia
20 enero, 2017 a las 11:55Hola Elisabet,
Sabes que me gustan mucho tus post, pero el de hoy me ha gustado aún más porque me he sentido muy, muy identificada. Yo sólo llevo 9 meses en Alemania, y la idea era venir para unos años. En estos 9 meses he pasado días dónde mi cabeza no paraba con el: y si… Y si no nos hubiéramos venido? Y si al final nos quedamos para «siempre»? Y si no hubiera dejado mi trabajo en Bcn? Y si mis hijos no disfrutan de las tradiciones y familia española? Ufff… y después de volver por Navidades, me hice el propósito de parar de pensar en eso, y vivir el ahora disfrutando y sobretodo ocupándome, porque el mañana nadie lo ha visto. Y siempre teniendo presente que somos afortunados por todo lo que vivimos. Ahora tengo claro, que es bueno para mi familia (mis hijos, mi marido y yo) estar aquí, pues yo puedo estar más con mis hijos, estamos muy tranquilos, y al mismos tiempo aprendiendo nuevo idioma, costumbres, en fin, creciendo, y eso ya vale la pena. Te quiero dar las gracias de corazón por compartir tus reflexiones. Un abrazo fuerte. Lali
Víctor lopez
20 enero, 2017 a las 13:54Lo importante es no preocuparse, tomar siempre las cosas con sangre fría, emocio arse mucho sólo nos nubla la razón y por esto hacemos cosas que no debiéramos….y a veces cuesta mucho dinero, como a mi que muy emotivo tome la decisión que me costó como 5000 dólares…. habiendo otras alternativas que debí estudiar más detenidamente. En fin son cosas que pasan y nos sirve de lección.
Teresa
20 enero, 2017 a las 14:58¡Cómo te entiendo en lo de «echar de menos» a la familia y pensar cómo afrontar el día que algo les pase! Eso me ocurre a mí cada vez que regreso a Dinamarca y me doy cuenta que mis sobrinos crecen y mis padres envejecen. El tiempo se nos va y siento que no puedo estar con ellos tanto como quisiera por estar tan lejos.
Pero como dices, intento no preocuparme y aceptarlo. Me pasaría igual aún viviendo en España, aunque sería más fácil visitarles.
Creo que al igual que tú, y muchos de los comentarios que se han dejado en ese post, lo mejor es tomarse las cosas con optimismo, planificar lo que se pueda planificar y no darle tanta importancia a las cosas si no lo son. El preocuparnos demasiado, no sólo consume nuestra energia, nos nubla la mente a la hora de tomar decisiones y nos hace más inseguros. Y pasado el tiempo, nos arrepentimos. Un saludo.
Esther
20 enero, 2017 a las 15:48Una gran reflexión, la mente es una puñetera, no te creas, aunque vivieses aquí encontraría una manera de crear otras preocupaciones… Un gran consejo ese de «Planificar, organizar y ocuparse en lugar de tanto “preocuparse”»
Katty
21 enero, 2017 a las 9:18Me
encanto!! Justo ayer tuve mi primera entrevista aquí en Alemania y pase todo el Día preocupada muy preocupada por los miedos que en mi mente se generaban, al final todo fue tan calmado y relajado, que no paso nada malo. Me encanta tu filosofía ante el Stress, y las preocupaciones !! Danke
Maria
3 febrero, 2017 a las 13:53Hola Elisabet;
Mi abuela decía «contra la preocupación, ocupación». Y es algo que viene a mi cabeza cada cierto tiempo. Porque me resulta de lo más práctico en casos de preocupación. Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo con que tendemos a preocuparnos por cosas que ni siquiera llegan a suceder. De todos modos, aunque terminen sucediendo, es de otra forma a como lo imaginábamos e incluso a como pensábamos que lo íbamos a afrontar. Vivo en Australia, lo que implica que más lejos no puedo estar de nuestras familias. Y si, por supuesto que la preocupación ronda siempre. Y el temor a que algo suceda y nunca podamos llegar a tiempo. Pero yo utilizo in mecanismo que me funciona: no puedo evitar estar aquí, aquí es donde decidimos instalarnos por una serie de circunstancias. De l noche a la mañana mi vida ha cambiado en tres ocasiones así que antes de preocuparme por algo que espero que nunca me coja aquí, pienso en que las cosas podrían cambiar y yo estar ya España. Quizás mi vuelta no se de nunca, pero pensar en los días que no han llegado tampoco me ayuda. Porque… y si ocurre? Pero… y si no????
Un beso enorme