Cada viernes en el blog nos tomamos juntos un Kaffee und Kuchen virtual, donde compartimos lo más destacado de la semana, nuestros planes para el finde y lo que más nos apetezca contarnos.
¿Coges tu taza y te unes al café?
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que esta semana se caracteriza por celebrar un sinfín de fiestas de lo más divertido y variopinto. Y, entre medio, me paro a pensar en lo importante que resulta y lo fácil que es pero en ocasiones nos olvidamos: agradecer las cosas.
La primera fiesta la tuvimos este lunes en la guardería: el Sommerfest. Esas fiestas en las que se te cae la baba porque tu hija sale en la función. Hace 4 días era yo misma la que salía al escenario vestidita de flor con mis amigas del parvulario y ahora es ella, mi hija, la protagonista de la función. Gänsehaut {piel de gallina}.
Pero considero que una fiesta en la guardería es un día esencial para poder conectar con los distintos padres. Al fin y al cabo, nuestros hijos pasan infinidad de horas con sus hijos en la guardería. Es emocionante ver a todos los pequeños subidos en el escenario recitando sus canciones y poder estar algo relajados mientras saboreamos un buffet elaborado por todos.
Como quizá ya sabrás, este año soy Elternbeirat {delegada del grupo}. Es una tarea que al principio asusta un poco, sobre todo por el idioma y por desconocer la carga de trabajo «gratuito» que significará. Pero de veras es muy reconfortante y enriquecedor poder ejercerla, puesto que te enteras mucho más de cómo funciona todo e incluso pierdes algo de miedo.
Nosotros escogimos un detalle para regalar a las educadoras y ellas también nos obsequiaron a los miembros del Elternbeirat. Y ese gesto, ese momento en el que, más allá de la botella de aceite con la que nos obsequiaron {que viniendo del Mediterráneo os podéis imaginar lo apreciada que es}, te dirigen unas palabras de agradecimiento por todo lo que juntos – educadoras y delegados – hemos logrado con los niños este año, merece mucho la pena.
Por cierto, las postales no faltan. En Deutschland todo con su postal correspondiente. Incluso nos regalan una postal firmada por todas las educadoras cada vez que cada padre celebra su cumpleaños. Alucino pero es así. Las conservo todas. Un día te las enseño. Esta vez era de agradecimiento.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que hablando de agradecimientos, esta semana conseguí «seducir» al Hausmeister {persona que se ocupa del mantenimiento del edificio de la comunidad}.
Después de meses sin una de las luces en la Waschmaschinenraum {no, no es ninguna palabrota, sino la sala de las lavadoras que tenemos todos los vecinos en el sótano} por fin conseguí que, tras no sé cuántas llamadas, el Hausmeister gestionara que viniera un electricista.
Ese momentazo en el que consigues hablar por teléfono en alemán y que te entiendan. Mejor, no sólo que te entiendan: que te hagan caso!! Esa típica luz estropeada que todos los vecinos ven pero todos piensan: «ya llamará alguien».
Pues llamé!! No era sólo que faltaba el fluorescente, sino que fallaba la conexión. Conseguí hacer la gestión y cuando se solucionó todo y un día bajé y vi que funcionaba, se me ocurrió llamarle para darle las gracias. ¿Por qué no? ¿Por qué no agradecer el trabajo? ¿Por qué sólo llamar para «quejarnos de todo»?
Porque no le veía la cara, pero juraría que se puso rojo y todo de la vergüenza que le dio que alguien le llamase para agradecerle algo. Una risita de «gracias señora pero de veras que no hacía falta» se le escapó. Creo que la próxima vez que necesite algo me hará caso aún más veloz.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que esta semana me he ganado la candidatura al Óscar a la mejor interpretación por «Y se atrevió a ir con 27 niños al zoo con un tiempo de perros y sin paracaídas». Una de mis mejores amigas y yo nos animamos a ir con la guardería al Wilhelma {zoo en Stuttgart}.
Una de aquellas experiencias inolvidables: 27 niños {13 de entre 1 y 3 años y 14 de entre 4 y 6 años}, 5 educadoras, 2 madres, trenes, zoo y un tiempo de perros. Un cocktail con el que, al final, nos dimos cuenta de todo lo que somos capaces y nos lo pasamos en grande.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que este fin de semana son los fuegos artificiales de uno de los castillos de nuestra ciudad y el domingo vamos al circo de Roncalli. Te contaré!
Si nos estuviéramos tomando un café juntos… ¿Qué me contarías?
Buen finde! Ein schönes Wochenende!
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