Cada Freitag en el blog nos tomamos juntos un Kaffee und Kuchen virtual, donde compartimos lo más destacado de la semana, nuestros planes para el finde o lo que nos apetezca contarnos.
¿Coges tu taza y te unes al café?
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que hay una sensación que tengo últimamente que necesito compartir contigo, puesto que ya no sé si sucede sólo en Alemania o es una corriente que se ha puesto de moda y la considero un tanto «peligrosa».
Mi pequeña tiene 4 años. Aunque ojo con llamarla «pequeña» porque acto seguido se escuchará un «¡Mami yo no soy pequeña! ¡Soy mayor!».
Pero, para que nos entendamos, lo que vengo a referirme es que tiene toda una vida por delante. Aún tiene tiempo a equivocarse cientos de veces {incluso tú y yo tenemos aún tiempo para eso}.
Tiene todo un mundo por descubrir. De hecho, tiene el mundo entero por descubrir, puesto que a esa edad realmente no tenemos ni idea del mundo real todavía…
Y de repente, cuando para mí tiene más que suficiente descubriendo el mundo, relacionándose y aprendiendo en el Kindergarten {guardería, parvulario o equivalente en Alemania hasta los 6 años que van al cole}, me percato que la mayoría de niños hacen casi cada día una actividad fuera de la guardería: Turnen {gimnasia que incluso hacen con los padres}, música, natación, baile, inglés, patinaje,…
Parece que si no empiezan a edad temprana, luego es demasiado tarde.
¿Demasiado tarde para qué? ¿Para ser campeón olímpico?
Lo que a mí personalmente me encanta fomentar es aquello con lo que sé que ella disfruta. Por ejemplo, «Prinzessin S» es escuchar música y perder el mundo de vista. Todos sus sentidos se concentran en la melodía y buscan de dónde viene. Desde muy pequeñita. Por ese motivo, la apunté en una academia que imparte unas clases para pequeños muy adecuadas a su edad, donde descubrir el mundo de la música desde sus ojitos y con sus sentidos.
Pero no apunto a música a mi hija para que sea músico. La apunté porque sé que disfruta con ello. Creo identificar que será una de sus pasiones. Lo mismo con el baile.
Pero lo que escucho en infinidad de ocasiones es que si no la apuntas a esto o a lo otro después será tarde. Sobre todo en actividades atléticas.
¿Tarde? He vivido de cerca niños hiper estresados porque cada día tenían 2 horas de esto y 2 horas de lo otro después del cole.
En mi caso soy más partidaria de escoger alguna actividad con la que disfrute y, si tarda algún tiempo en identificarse cuál es la que más le gusta, no pasa nada. Porque considero que siempre estamos a tiempo de aprender sin necesitar ser deportistas de élite.
Pienso que todos podemos tener unos hijos campeones en el sentido más sano de la palabra: dándoles nuestro apoyo, fomentando sus dones o sus intereses y viéndoles disfrutar de cada etapa de su vida. Porque los niños sólo serán niños una vez. Así que escojo dejarla ser niña.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que incluso para mí tampoco es tarde empezar algo nuevo. Precisamente esta semana empecé yoga. No pretendo convertirme en una maestra del «arte yoguístico», pero me ha gustado poder empezar y ver todo lo que puedo aprender y practicar para conocer y dedicarme a mi propio cuerpo que, al fin y al cabo, es quien nos acompaña a todas partes y a quien necesitamos para hacerlo todo. Por eso quiero cuidarlo.
A ver si algún día consigo incluso hacer una de esas posturas imposibles.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos te contaría…
… que una de las oportunidades principales si vivimos en Alemania es que nuestros hijos puedan aprender el español. Y, como cada año, se abren las inscripciones gratuitas de clases de español para residentes en Alemania que puedes consultar aquí.
Considero una verdadera oportunidad aprovechar esas clases para nuestros hijos.
Gracias Juan Carlos por la información.
Si nos estuviéramos tomando un café juntos… ¿Qué me contarías?
¡Feliz finde! Ein schönes Wochenende!
11 Comentarios
Alemaniando.com
26 febrero, 2016 a las 6:50Saludos tempraneros Elisabet,
gracias por compartir pensamientos tan íntimos en esta entrada referentes a la «educación» de tu hija. Lo pongo entre comillas porque, como tú dices, se trata más de acompañar en la vida, dar apoyo y disfrutar de las cosas bellas de la vida con ellos (los peques).
A mí en muchas ocasiones me cuesta trabajo hacerlo, pero hay que tener paciencia y aceptar que los niños tienen sus propias ideas, inclinaciones, gustos.
Es un tema que da mucha tela para cortar…
Saludos desde Rheinhessen,
Mauricio
Alemaniando.com
María Subijana
26 febrero, 2016 a las 10:05Buenos días!! creo que ya te lo he comentado mas de una vez, pero es que me identifico un montón contigo. Mi hijo también va a la escuela de música, a un curso que se llama Musikalische Früherziehung. Empezamos haciendo un curso los 2 juntos (cuando era pequeñito) sobre todo por integrarnos, y como bien dices, porque le encanta la música, así que hemos seguido. En unos meses le toca elegir instrumento si es que quiere continuar, y parece que si. Pero tengo claro que el día que me diga que no quiere mas (y que yo no vea que sea capricho) no le voy a obligar. Lo bueno que veo de Alemania es que los horarios se adaptan muy bien a que los niños puedan hacer actividades fuera del ámbito de estudio, algo que también me parece importante, pero siempre y cuando lo tomen como algo divertido, hobby, y no se sientan obligados, o presionados. Pero está claro que cada familia, padres etc siempre piensan que hacen lo mejor para sus hijos y ahí no nos podemos meter.
Lo del yoga me das mucha envidia!! a ver si lo consigues y te enganchas que yo lo intenté, pero no es lo mío, así que le doy al zumba jijiii.
Bueno, feliz viernes y fin de semana!
María
Marlene
26 febrero, 2016 a las 13:24Creo que es interesante poner todos los días un poco de ejercicio físico en la vida de los peques. Desde pequeños aprendan a disfrutar con el deporte-juego:
les ayuda a mejorar su coordinación,
integrarse con los compañeros y
es un «antídoto» frente a todas esas actividades sedentarias que les van a bombardear por mucho que tú luches contra ellas ( y que si los padres controlamos sus contenidos también pueden ser positivas, pero en pequeña dosis)
Claro que tienen que tener tiempo a hacer lo que quieran a perderse en las musarañas a jugar libres pero creo que les hacemos más felices dándoles herramientas para amueblar su cerebro.
Y desde luego creo que la música aporta un plus para el desarrollo neuropsicológico: el ritmo, la discriminación de sonidos…. además de ser terapéutica y amansadora la música hace que sus canales neuronales se activen para conocimientos que vendrán después.
No tengo el menor interés en que mis hijos sean futbolistas, músicos ni nada que ellos no vayan descubriendo que les hace feliz…pero que bien hacemos en descubrirles todo lo que podamos del mundo. Y darles muuuucho amor!
Karina Ausecha Penagos
26 febrero, 2016 a las 14:54Creo que es una tendencia mundial preparar a los niños para que sean los productores del mañana, y no seres humanos felices con lo que son y hacen. Por eso no es fortuito encontrar cada día niños con estrés, a una edad en la que su única preocupación debería ser felices y descubrir el mundo. Hablo del caso colombiano, donde cada día veo más padres preocupados por forzar a sus hijos a aprender una diversidad de idiomas, porque en su vida adulta lo necesitarán. O en forzarlos a tomar clases extras de deportes, artes o ciencias aplicadas para que “no pierdan el tiempo”. Un pensamiento que ha sido reforzado desde el mismo Gobierno, que acabó de incorporar la jornada completa, para que los niños estén todo el día en un sistema escolarizado. Qué tristeza. Y si creo como tú Elisabet que nunca es tarde para empezar algo nuevo.
claudia
26 febrero, 2016 a las 17:58Lo más importante es que nunca es tarde para iniciar algo que realmente nos gusta, sobre todo los niños, mi hija toma y deja de cursos según sus gustos, prueba y si algún día quiere hacer algo por mucho mucho tiempo o ser profesional (en lo que sea) pues yo feliz mientras tanto seguimos probando, me encanta tu blog…aunque vivo al otro lado del mundo me gusta conocer un poquito de Alemania aquí besos
Ramona
26 febrero, 2016 a las 18:49Buenas tardes.
Espero que este bienvenida aquí porque en principio este blog no se dirige a mí – no soy española que vive en Alemania sino alemana residente en España y justo hoy me ha entrado un poco la nostalgia. Algo que muy probablemente de veces en cuando nos pasa a todos que vivimos en el extranjero.
Estuve sentada en el autobús y pensé «qué no haría por comerme ahora un trozito de ‘Bienenstich’!», así que cuando ví que una amiga había dado «me gusta» en algo que se llamaba «Freitag, Kaffee und Kuchen» no podía resistir, tuve que abrir ese link…
En cuanto al tema de los niños se escucha mucho frases como «sólo somos niños una vez» o «sólo tenemos UNA infancia» y es verdad, aunque intentemos conservar nuestro ‘yo infantil’ ya no llegamos a ser tan despreocupados y libres como de pequeños. Por el otro lado nuestro cerebro tampoco va a ser tan absorbente otra vez en la vida. En las clases de psicología aprendimos que el desarollo cerebral depende en gran medida de los primeros años de la infancia. Por eso, estoy de acuerdo- la infancia se debe aprovechar: los niños deben jugar, correr, ensuciarse y todas esas cosas pero también se debe aprovechar para saber cuáles son sus talentos y incentivarlos. La clave, como siempre, es la moderación.
Asuncion
26 febrero, 2016 a las 22:37Soy madre de niños de 18 y 20 años, siempre he pensado como tú y creo que es lo acertado. Nunca es tarde para empezar nada. Los padres los dirigimos, si ellos se decantan por sí mismos o son sus excelentes dotes las que los centran en una actividad concreta desde niños, GENIAL; en caso contrario, verlos vivir, reír, disfrutar, trabajar conforme a su edad y capacidad, es más que suficiente. Somos son padres, educamos, ayudamos, orientamos, nunca debemos forzar sus cualidades, ni ponerles por nuestro gusto cualidades que no tienen. Son ellos, si las tienen especiales, los que nos pedirán más. A todas las edades, que sean felices, queridos y cumplir con lo que le corresponde con su edad, es a mi manera de entender darles y darnos el único sentido de la vida…OPORTUNIDADES HAY A CADA PASO, EN CADA ESQUINA, NUNCA ES TARDE.
Karina García
27 febrero, 2016 a las 7:18Hola, yo también comparto la idea de no hacer de un gusto (baile, música, deporte, etc..etc..etc) un castigo, pero también hay ocasiones en las que hay que ser un pelin firme y «forzarles» a que intente algo nuevo por ejemplo mi sobrino fue inscrito a clases de natación cuando tenía como 3 años y él no quería, yo decía déjenlo sino quiere ir, después que vaya…… Pero su mamá muy firme me dijo, «hermana lo llevo no por gusto, tú crees que no desearía el sábado seguir en cama pero es que hoy en día, está de moda hacer fiestas en albercas o lugares con alberca y como yo no puedo estar siempre a su lado quiero estar segura de que no pase algún accidente y si llega a pasar Urielito esté a salvo» calladita me vi más bonita y aprendí que los papás hacen las cosas por algo, después pasó por el basquet y ahora un día quiere intentar tenis otro dice que mejor voleibol pero lo suyo lo suyo es hacer de la casa su salón de baile personal y todas las tías y abuela son sus parejas de baile y no le aguantan el paso ??
Guillermo Eduardo
29 febrero, 2016 a las 15:32ya había comentado que no debemos hacer caso de estas insinuaciones de «mañana ya será muy tarde»esta sociedad promueve la competitividad en todo el mas veloz,el mas fuerte ,el primero en llegar pero nunca promueve el lema del mas feliz y la mas exitosa medida de la inteligencia y el coeficiente intelectual demostró que los mas inteligentes son los mas felices .Entonces a ser feliz y la formula es muy simple ama todo lo que te rodea si no es digno de ser amado pues descartalo.Parece sencillo pero quizá no lo sea tanto de todas formas es cuestión de hacer de ser feliz un habito.
Sofía
23 julio, 2017 a las 20:00Buenas, Elizabeth.
Yo te contaría que mi hermanita es caso contrario. Extrañamente, ella quiere volver a ser una bebé. Nunca nos dijo el por qué de esa preferencia, pero ya no quiere crecer y que llegue un punto en que su madre, mi madrastra, sea viejita y ya no pueda jugar con ella.
La cultura en Paraguay es bastante diferente, así que los niños aquí toman máximo una clase extra y luego se dedican a jugar y aprender. Si el niño no presenta interés, directamente no se le da ninguna actividad. Pero si le gusta, no sé, dibujar o cantar, se impulsa. Acá nunca escuché que sea «demasiado tarde».
También te contaría que yo hubiese preferido que me metan en cursos de idiomas antes. Empecé con el alemán a los veinte años. Sé que soy joven pero seguro sabes que nosotros solemos ser algo ansiosos en algunas cosas jaja. Me hubiese gustado empezar antes, pero tampoco siento que sea demasiado tarde. Creo que inculcaria a mis hijos (de tenerlos), a que valoren ciertas cosas como los estudios y otros cursos que disfruten y los ayude a crecer.
Concurso plenamente cuando dices que nunca es tarde, a pesar de los apuros que yo pueda tener por naturaleza xd. Por ejemplo, mi madre a sus cuarenta y seis años se decidió a hacer cursos y un post grado. Ahora piensa en una maestría en su rubro y quiere estudiar inglés. Yo siempre la apoyo a que cumpla sus metas, aunque ella me diga que «recién» tiene la iniciativa. Creo que todos tenemos nuestros tiempos para nuestro crecimiento.
Y bueno, creo que eso es lo que te diría mientras tomamos un café. Saludos y que tengas buena semana.
Elisabet
23 julio, 2017 a las 23:04Muchas gracias Sofía por tus bonitas palabras y por compartir aquí tu experiencia.
Un saludo a Paraguay 🇵🇾