Una nueva escapada familiar para seguir conociendo y descubriendo nuestro querido estado de adopción en Alemania: Baden-Württemberg.
Hoy visitamos una de las ciudades más bonitas del sur de Alemania:
Heidelberg
Y es que si hay una ciudad con un casco antiguo precioso y lleno de historia es precisamente la ciudad de Heidelberg.
¿Te vienes de paseo con nosotros?
«Sí, mami, ya sabes que me encanta ir de excursión con papi y contigo pero… ¿y si para poder disfrutar de toooooodo lo bonito que nos espera primero desayunamos un poquito?»
Así que, tras un bonito y riquísimo desayuno, donde los Butterbrezeln en el sur de Alemania no pueden faltar, allá vamos!
La parte más bonita de la ciudad es la parte antigua. Se encuentra situada en una colina y para acceder a ella se debe atravesar un histórico y fascinante puente.
Todo respira la arquitectura y estilo del medievo. Incluso la puerta de acceso a la ciudad te hace sentir como si hubieras viajado a la mismísima Edad Media. ¿Entramos?
Una de las visitas obligadas es ascender hasta el majestuoso castillo que se encuentra en la cima. En teoría hay un funicular que te facilita la subida, pero a pie también se puede acceder sin muchos esfuerzos. Lo digo porque justo cuando fuimos estaba estropeado y nos toco subir a pie sí o sí. «Prinzessin S» iba un poco andando y un poco en brazos, pero subió sin problemas como una campeona.
Merece la pena visitar el castillo porque, además de descubrir su interior, se accede a vistas tan maravillosas y perspectivas distintas de la ciudad como éstas:
El castillo tiene almenas como suele ser, pero cuenta con una fachada e interiores muy particulares.
¿Entramos al interior del castillo?
Es curioso acceder e imaginarse cómo debió ser la vida en aquella época. Una de las partes que más curiosas nos parecieron fue precisamente el restaurante. Al entrar sientes un olor a vino de barrica especial que te transporta de nuevo a tiempos remotos.
Y lo más sorprendente es que allí se encuentra lo que dicen es el barril de vino más grande del mundo. «Prinzessin S» aparece al lado y puedes imaginarte lo enorme que es.
Uno de los rincones que me conquistó se encuentra precisamente en el interior del patio del castillo. Adoro encontrarme con callejuelas con puertas y estampas como ésta:
El paseo continúa recorriendo las calles del centro de la ciudad, donde las coloridas casitas y la majestuosa iglesia son los principales protagonistas.
Cada una de las tiendas tiene un estilo especial.
Uno de los momentos álgidos del paseo fue descubrir que en Heidelberg también tienen las deliciosas Schneeballenträume originales de Rothenburg ob der Tauber.
O también por ejemplo encontrarme con mi querido Sant Jordi y acordarme inevitablemente de mi bella Barcelona.
También la universidad y las bicicletas son patrimonio mítico de la ciudad.
Y curiosas y antiguas librerías adornan también sus calles.
Pero hay un detalle que quizá pasa desapercibido para muchos. Una de las principales atracciones de la ciudad: una pequeña, minúscula, oscura y algo tenebrosa tienda de chuches: Zuckerladen.
Es la puerta de la izquierda de la foto y comprende también los 2 ventanales.
Me atrevería a decir que la tienda de chuches más original que jamás puedas encontrar. De hecho, en su interior las fotos no están permitidas. Suerte que «disparé» un par antes de saberlo…
El paraíso de los amantes de las Süßigkeiten – chucherías:
El encanto de la tienda no reside únicamente en su infinidad de surtido de chucherías. De hecho, creo que no falta ninguna de todas las que conozcas, además de las que son nuevas para ti (y para mí).
El encanto de la tienda reside en cómo tratan al cliente: cada uno será atendido personalmente por un responsable de la tienda. Escogiendo entre todas sus delicias, irán proporcionándote el género. Hasta aquí podría parecer todo normal.
Una vez nos hemos hecho con nuestro delicioso tesoro de azúcar (chocolatinas incluidas), nos dirán en voz alta el precio que deberemos pagar. Nos dirigiremos entonces a la cola, en la que tendremos que esperar un mínimo de 15 minutos (la gente se acumula con el show que te espera en la caja). Insisto en que la tienda es muy estrecha y la sensación de agobio puede apoderarse de ti en cualquier momento, pero hay que seguir!
Cuando llegas a la caja, el dueño, el personaje más surrealista que te puedas imaginar, jugará a dados contigo. Al pagar, si además ganas la partida de dados, te llevas un regalo extra.
De veras que merece la pena la experiencia. Si algún día tienes la oportunidad de visitar la tienda me cuentas qué te ha parecido! Está en la calle Plöck 52.
Y, hablando de dulces, uno de los más típicos de Heidelberg:
Heidelberg StudentenKuß
Por lo que he podido investigar, se trata de una dulce creación ideada en 1863 por el propietario y el pastelero de la confitería más antigua de la ciudad: Café Knösel. Es una especie de galleta de turrón cubierta de exquisito chocolate.
Pero lo importante no está en la chocolatina en sí, sino en el envoltorio. Cuenta la leyenda que en aquella época todas las citas eran con carabina (qué curioso que esta palabra en realidad también signifique «arma de fuego»). Las citas entre un hombre y una mujer no podían realizarse a solas. Siempre debía haber alguien presente junto a ellos. De manera que, el Heidelberger Studentenkuß, al estar envuelto y depositado en una cajita permitía esconder un mensaje para el amante del que la carabina no se enteraría 😉
Otro de los encantos que también encontrábamos en nuestro paseo por Rothenburg es la tienda de Käthe Wohlfahrt, de Navidad permamente y donde «Prinzessin S» podría quedarse embelesada hasta la eternidad.
Y la ciudad y sus calles no son únicamente bonitas de día, también son especiales y tienen su encanto de noche.
Desde el hotel, éstas eran las vistas al atardecer.
Incluso existe la posibilidad de disfrutar de la cena en el restaurante-barco sobre el río Neckar.
Un placer descubrirte y conocerte.
¡Hasta pronto Heidelberg!
22 Comentarios
Brownie Maus
15 abril, 2015 a las 7:44Que ciudad más hermosa. Está en nuestra lista de ciudades por visitar este año. Tus recomendaciones, relatos y toda la información compartida, nos vienen muy bien. Gracias, Elisabet!
Elisabet
15 abril, 2015 a las 22:39Gracias por tus palabras Brownie Maus!
Mariana
15 abril, 2015 a las 9:00Heidelberg me encanta! Realmente es de cuento!
Te felicito Eli por las fotos, están espectaculares !!!
Elisabet
15 abril, 2015 a las 22:39Muchas gracias Mariana!!
catalana2001
15 abril, 2015 a las 11:07Que fotos tan chulas !
Yo recomiendo un paseo por la orilla del rio Neckar en el barrio de Neuenheim (enfrente del casco antiguo). Es punto de encuentro de estudiantes y familias en primavera-verano, barbacoas incluidas. Tambien empieza ahi el Philosophenweg, un paseo de unos 2 km con excelentes vistas de ciudad, castillo y puente.
Elisabet
15 abril, 2015 a las 22:40Muchas gracias catalana2001 por aportar todos esos Tipps!!
Dolors
15 abril, 2015 a las 12:56Que post tan bonito Eli. He viajado en el tiempo recordando el invierno que pasé en HD y también me has descubierto detalles interesantes para el día que pueda viajar allí con mi familia, especialmente esa tienda de chuches, claro!
Elisabet
15 abril, 2015 a las 22:41Me alegro. Gracias Dolors!!
Silvia
15 abril, 2015 a las 15:13Muchas gracias por descubrirnos una ciudad tan bonita como ésta.Yo este verano me quedé con las ganas,porque por falta de días tuvimos que ir directamente a Lindau.Una ciudad con un puerto precioso que también te recomiendo visitar si no has ido(tienen una torre de la que han colgado una trenza como en el cuento de Rapultzen)
Elisabet
15 abril, 2015 a las 22:42Gracias Silvia por tus recomendaciones!
Manuel Florez
15 abril, 2015 a las 18:58ejejej, que bien que te pasaste por «Heidelberg Zuckerladen» es una tienda muy típica de Heidelberg y sobretodo súper bonita creó que no se puede omitir pasar por esta tienda una vez se este en Heidelberg.. la comida en los comedores universitarios de Heidelberg es súper económica y muy asequible a todos los bolsillos, Saludos desde Bogotá
Elisabet
15 abril, 2015 a las 22:42Gracias Manuel!
Saludos***
monty
17 abril, 2015 a las 9:44Creo que necesito ir a esa tienda de golosinas para seguir viviendo. MENUDA PINTA. Y me encanta la historia de los dulces y las carabinas, esas son las curiosidades que me encantan.
🙂
Elisabet
18 abril, 2015 a las 23:38Jajajaja!! Me alegro monty.
Un besazo*
Sandra (So Sunny)
17 abril, 2015 a las 11:33Wooow, meencanta todo, pero estoy contigo, esa puertecilla en la callejuela rosa es tan instagram
Elisabet
18 abril, 2015 a las 23:40Jajaja! Sandra, la tengo que colgar!
Un besazo*
Alba
16 enero, 2016 a las 0:35Hola! En unos días me voy a Frankfurt y después de ver este maravilloso post estoy pensando en visitar Heidelberger. O me recomiendas otra sitio? Gracias
Elisabet
16 enero, 2016 a las 8:54Hola Alba,
aquí te dejo algo más de inspiración:
https://cronicasgermanicas.com/2016/01/06/ciudades-alemanas-visitar/
Un saludo*
Claudia
4 noviembre, 2016 a las 16:52Bueno…nunca había comentado en un blog, pero es que estuve ahí hace unos años y tus fotos me han teletransportado por unos instantes.
Son preciosas las fotografías!
Un beso,
Claudia.
Elisabet
4 noviembre, 2016 a las 19:17Muchas gracias Claudia ☺️
Ezequiel Yat
27 enero, 2017 a las 22:33Hola tengo ganas de pasar por Heildenberg en mi camino a Múnich… Cuanto tiempo me recomiendas?? Saludos.
Elisabet
27 enero, 2017 a las 23:34Hola Ezequiel,
como siempre, depende. Si quieres una idea general, en un par de días se ve fácil. Si quieres algo más detallado, necesitarás más días. Pero diría una noche mínimo!
Disfrútalo.
Saludos***