Hoy te invito a descubrir Alemania, su idioma y su cultura de forma distinta.
Y es que hoy me hace mucha ilusión anunciar que inauguramos una serie muy especial en el blog.
Llega la saga más esperada del año {yo me lo digo todo}. Como anunciamos en la presentación de la nueva temporada de crónicas germánicas, nace la serie:
101 secretos de Alemania con la autora
Una nueva forma de acercarse a la cultura alemana, una manera más cercana de conocer mi libro.
Te lo iré leyendo yo misma!
En cada episodio de esta nueva serie encontrarás un video. En él se desvelará un nuevo secreto sobre Alemania y su cultura escritos en el libro de forma distinta: el secreto será leído por la autora!
He decidido poder acercarte el libro «101 secretos de Alemania» de esta manera para brindarte la posibilidad de que lo leas conmigo.
Espero que disfrutemos mucho juntos con esta experiencia y con esta nueva forma de conocer Deutschland.
Vamos allá con el primer capítulo!
Ah, para hacerlo aún más divertido si cabe los secretos no serán presentados por orden. No empezamos por el primero! Sino que en cada edición llegará uno sorpresa. Así será más emocionante.
Hoy el 83, donde desvelamos que los alemanes no hablan alemán. ¿No me crees? Es un secreto pero te aseguro que es totalmente cierto, por eso te lo traigo hoy para estrenar la sección por todo lo alto, puesto que es uno de mis preferidos!
Dentro video!
¿Qué te ha parecido la nueva serie? ¿Conocías la infinidad de dialectos que se hablan en Alemania? ¿Destacarías algún aspecto más de la forma de hablar de los alemanes o de las curiosidades de su lenguaje? Puedes participar aportando tu opinión a través de los comentarios.
Muchas gracias y {con el dedo tapándome los labios}… Ssssshhhhhh…. Nos vemos en el próximo secreto!!
8 Comentarios
Düsseldorf lleva Umlaut
17 octubre, 2016 a las 10:33Hola!
El tema de la diversidad de palabras según la región es algo que me fascina, tanto en mi propio país como en otros. Este verano hicimos una ruta en coche por Alemania con una amiga que vive en Francia, y en Hamburg aprendió que «clara» se dice «Alsterwasser». Total, que cuando pasamos por Leipzig mi amiga pide una Altserwasser para que la camarera le mire raro y le diga que seguramente quiera una «Ratler». Nosotros no habíamos caído en que habíamos cambiado de zona y no le avisamos, pobre. La situación fue muy divertida.
Esta nueva sección es muy interesante, sobretodo porque nos explicas el motivo por el que escribiste el secreto en cuestión. Mola conocer porqué decidiste escribir sobre un tema en concreto.
Espero el próximo secreto con muchas ganas! 🙂
Elisabet
17 octubre, 2016 a las 23:16Muchas gracias por compartir aquí tu experiencia 🙂
Montse
17 octubre, 2016 a las 23:14El bavarès no s’entén gens!!!!
Elisabet
17 octubre, 2016 a las 23:17Jejeje… alguna cosa he sentit ?
Elsa
18 octubre, 2016 a las 10:03Qué bueno! Excelente resumen. En una de mis clases de alemán coincidí con una chica polaca, que tenía un novio alemán y nos contó que cuando hablaba con sus suegros (de la zona de Bayern) y no les entendía, les espetaba un ‘Hochdeutsch, bitte!’ Jajajaja… Esa salida me la apunto para cuando alguien me toque las narices… 😉
Un abrazo,
Elsa
http://cafesocietyxxi.blogspot.de/
Elisabet
18 octubre, 2016 a las 10:38Gracias por pasarte Elsa y por compartir tu anécdota! ?
Ganas de Alemán
20 octubre, 2016 a las 10:51¡Hola Elisabeth! Mi nombre es Laura y no sabes lo identificada que me siento con este secreto.
La primera vez que marché a Alemania, hecha una cría y con lo justo de Alemán, fui a parar a un pueblecito «am Bodensee» muy cerca de la frontera con Suiza. Así que si el «Hochdeutsch» brilla por su ausencia en las calles de la mayoría de ciudades alemanas, te puedes imaginar en un pueblo fronterizo con Suiza, nada más y nada menos. Por no entender, no entendía ni mi nombre ( «loga»). Después de varios meses aprendiendo no sé ni el qué, decidí que tenía que cambiar de sitio si lo que realmente quería era aprender «alemán, alemán».
Resumiendo, después de varios años viviendo en distintas zonas de la geografía alemana, me di cuenta de que el «Hochdeutsch» sólo se aprende en las academias, informativos y documentales. Todo lo demás que escuchas, por mucho que alguien se empeñe en hablar contigo en «Hochdeutsch» está «viciado» con dejes, vocablos y expresiones de la zona.
Antes lo veía como un inconveniente, ahora me parece maravilloso lo enriquecedor que puede ser para una lengua.
Elisabet
20 octubre, 2016 a las 11:02Muchas gracias por compartir tu anécdota Laura!
Saludos***