ALEMÁN Lenguaje

DABALE ARROZ A LA ZORRA EL ABAD

20 junio, 2016

Ya sé qué pedirme por mi cumpleaños.

En realidad este post te lo iba a traer en un divertido video, pero se me acaba de fastidiar del todo la cámara. Así que creo que me las apañaré para seguir haciéndolo divertido con palabras e imágenes.

Para mi cumpleaños, que es dentro de poquito, me pido una cámara de video nueva con entrada de micrófono. Por si alguien de los afectados pasa por aquí.

Hoy va de estrategias para aprender alemán y también lo curioso que resulta en infinidad de ocasiones que «lo normal» en una cultura sea precisamente «al revés» en otra.

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Hoy ponemos el mundo del revés.

¿Te has fijado en el título? Es una frase a la que le tengo cariño especial porque nos divertíamos mucho en el colegio con ella. Si la dices del derecho o del revés significa y dice exactamente lo mismo. ¿Quieres comprobarlo? Léela al revés. Significa lo mismo. ¿Qué es lo correcto? ¿Leerla en una dirección o en la otra? Depende de para quién.

Dicha frase nos sirve para poder plasmar mejor la idea del artículo de hoy, puesto que girarlo al revés será una buena estrategia en más de una ocasión para poder hablar correctamente en alemán o comprender mejor algunas características de su cultura.

Los números

El reto más grande al que me he enfrentado es a una cajera {o cajero} mientras te indica cuánto has de pagar. Y digo reto porque intento nunca nunca nunca mirar los números de la caja, sino escuchar lo que menciona como importe.

Pero… ¿Por qué resulta tan difícil?

Porque los números de 2 cifras a partir del 13 se dicen al revés. Ojo, al revés para nosotros! En alemán, si vemos «25», en lugar de «veinticinco» diremos «cinco y veinte» {fünfundzwanzig: «fünf» = 5; «zwanzig» = 20}.

¿Qué es más correcto? ¿Empezar a leer de izquierda a derecha? ¿O de derecha a izquierda? Simplemente ambas son igual de correctas, pero cada uno lo ha aprendido de forma distinta. Lo importante es darse cuenta de que «lo normal» para unos no necesariamente es «lo normal» para otros.

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Adjetivos

Nosotros, a no ser que estemos formulando un poema de lo más poético, ponemos los adjetivos detrás de los sustantivos: Tengo un coche rojo. En alemán, en cambio, el adjetivo viene antes que el sustantivo. Cierto es que podemos decir «Mein Auto ist rot», pero si lo queremos acompañar junto al sustantivo, el «rot» irá delante y declinado, aber natürlich! «Ich habe ein rotes Auto».

Otro día si quieres te cuento mi truco para recordar cómo declinar diferenciando «der, die, das» y «ein, eine, ein» junto a un adjetivo. Básicamente si utilizamos el «der», el adjetivo acaba en «e», pero si utilizamos «ein», la terminación «er» se la lleva el adjetivo. Igual con el caso neutro, que es el ejemplo del coche: «das rote Auto» pero «ein rotes Auto». Esto en nominativo, en los demás casos se aplica la misma regla pero con final de acusativo o lo que corresponda.

Los cumpleaños

Pero ojo que no son únicamente al revés algunas de las cosas escritas. También es curioso cómo algunas tradiciones son «normales» totalmente a la inversa en culturas distintas.

pastel cumpleaños gugelhupf

¿Has probado de llevar un pastel al colegio u oficina por tu cumpleaños?

¿Lo has horneado tú en casa o lo has comprado en una pastelería?

Independientemente de que en España me consta que actualmente no pueden llevarse pasteles hechos de casa por cuestiones de directrices del departamento de salud, las culturas son totalmente opuestas.

En la mayor parte de España:

Llevamos un pastel de la mejor pastelería a la oficina = TRIUNFAMOS.

Los comentarios de todos los compañeros al vislumbrar pastas, pasteles o sucedáneos de una pastelería:

{voces de orgullo y satisfacción}

– Oooohhhh!!! {con ojos babeantes de emoción}

– Mira cómo se lo ha currado!

– Qué pasada!

– Qué generosa!

Llevamos un pastel hecho en casa = FRACASO

Los comentarios de todos los compañeros al vislumbrar un pastel con ese mantelito de papel debajo hecho en casa:

– {susurros} Qué tacaña la tía!! {obviamente esto no lo se escuchará en voz alta}

– {susurros} Mira, ni un duro se ha gastado en traer algo para celebrar su cumple con nosotros! {obviamente esto no lo se escuchará en voz alta}

– {susurros} Qué rancia! Un pastel de casa y ni se ha molestado en encargar algo especial para nosotros! {obviamente esto no lo se escuchará en voz alta}

En la mayor parte de Alemania:

Sucede totalmente al revés.

Llevamos un pastel de la mejor pastelería a la guardería para celebrar el cumple de nuestro hijo = FRACASO.

Los comentarios de madres o padres al vislumbrar pastas, pasteles o sucedáneos de una pastelería:

– {susurros} Mira, ni se ha matado un minuto a preparar ella misma algo especial para celebrar el cumple de su hija {obviamente esto no lo se escuchará en voz alta}

– {susurros} Qué malamadre! Seguro que se ha acordado a última hora y ha ido corriendo a la primera pastelería que ha encontrado {obviamente esto no lo se escuchará en voz alta}

Llevamos un pastel hecho en casa = TRIUNFAMOS.

Sea del tipo que sea y con la profesionalidad que sea. TRIUNFAMOS.

Aquí lo que triunfa es la dedicación artesanal, más que el bolsillo. Pero es cuestión de cultura. Ojo que vivimos en el sur de Alemania y en mi estado también tenemos mucha fama de tacaños.

Los comentarios de todos los padres al vislumbrar un pastel con ese mantelito de papel debajo hecho en casa:

– Oooohhhh!!! Geburtstag!!! Wie schön!!! {cumpleaños! qué bonito!} {Con miradas curiosas dentro del recipiente}

– Mira cómo se lo ha currado! ¿Has visto que Kuchen {pastel} más bonito?

– Oh! Qué precioso! Cuánto trabajo! ¿Me pasarás la receta?

Con esta divertida situación, llena de humor y sin ánimo de ofender a nadie, simplemente pretendo reflejar la importancia de no juzgar al ver algo totalmente opuesto a nuestra cultura en otro país. Nosotros hemos crecido con nuestras tradiciones. Y los demás también.

Así que, en ocasiones, si algo no lo comprendemos, la estrategia de pensar al revés, seguramente funciona.

¿Has vivido situaciones similares? ¿Te animarías a proponer alguna más?

  • Responder
    Cecilia
    20 junio, 2016 a las 12:48

    En cuanto a diferencias culturales, lo que me llama más la atención son las formas de saludarse en Alemania. Esa formalidad de dar la mano, aquí en Berlín se desdibuja, ya que la gente quiere ser multicultural y abierta, lo que lleva a que ya no sepas bien a qué atenerte y da lugar a situaciones divertidas.
    En general, el saludo es de mano, pero cuando saben que eres südländisch, quieren ser más papistas que el Papa y me he encontrado en la situación de que mi mano queda extendida esperando el apretón, y en cambio recibo ya no sólo un abrazo, sino un par de besos bien plantados en las mejillas. Y con esos labios directos de los alemanes no acostumbrados a besar «de lado» al saludar.
    Por supuesto, todo con la mejor intención, así es que a tomarse las diferencias con humor y valorar los intentos de ambas partes.
    Saludos, te leo siempre, tus aventuras están muy bien contadas y se nota tu dedicación en los detalles y se agradece tu mirada desde el cariño y respeto. Cecilia

    • Responder
      Elisabet
      20 junio, 2016 a las 13:01

      Muchas gracias Cecilia por tu aportación y tus bonitas palabras para el blog! ☺️

      Un saludo hacia Berlín*

  • Responder
    Angie
    20 junio, 2016 a las 14:48

    Hola, no estoy de acuerdo con tu post de hoy…en España se puede llevar un pastel hecho en casa al colegio o al trabajo sin problema, y sí que se aprecia si llevas algo hecho en casa.

    • Responder
      Elisabet
      20 junio, 2016 a las 15:10

      Hola Angie,

      es una forma de mostrar la tradición que hay en este país por los pasteles. Con un toque de humor como siempre en este blog 😉

    • Responder
      Rosa
      21 junio, 2016 a las 9:12

      Yo hoy tampoco estoy nada de acuerdo con en el tema de los pasteles, mi experiencia personal no es para nada esa, hay de todo en ambos países: por ejemplo, mis hermanas mayores en España están siempre con el «tráfico de recetas» con las amigas, jeje, y los pasteles que hacen para los cumples de los enanos o para el curro, son super valorados y admirados. Y que Alemania se valora más lo casero, no se yo… en mi curro para los cumples algunos compran y otros bakean ellos mismos. Hasta mi suegra alemana en su cumple, siendo una gran repostera, no quiso pegarse la paliza y compró un par de pasteles en la Bäkerei. Ganz normal! 😉

  • Responder
    Juana
    21 junio, 2016 a las 20:35

    Hola,
    Yo trabajo con personas mayores, alguna vez he echo para ellos, si les ha gustado, lo primero que preguntan es la receta, es un cumplido. Si no les gustan ni te lo piden, se lo comen y no dicen nada, lo que encuentro peor.
    Un saludo

  • Responder
    Carolina
    13 julio, 2016 a las 21:31

    Hola Elisabet, ¿cómo estás? Espero que tan bien como se te lee. Hace un tiempo que descubrí este blog y me agrada mucho como describes tus incursiones en Alemania, la dedicación de publicar tus vivencias y enseñar un poco tan interesante idioma y así como la cultura de ese país y por supuesto, encantada de las recetas que publicas. Yo soy de Chile, América del Sur y me sorprende que de tus relatos muchas costumbres alemanas las he visto en distintas regiones de mi país que conozco. Será que han llegado inmigrantes alemanes a distintos puntos del país desde al menos hace unos 4 siglos o no sé (ni hablar de su gastronomía, aquí los kuchen son una tradición también!). En cuanto al artículo de los pasteles (acá generalmente cuando son de cumpleaños les llamamos «tortas») ocurría antes un poco como describes: si era comprada, no era valorada, en cambio si venía de una pastelería (ni hablar si era de alguna de tradición alemana) quedabas como reina… Pero en los últimos 5 años diría yo, se ha vuelto a valorar lo hecho en casa, tanto en la comida como en las labores manuales así como en los regalos. Eso en la ciudad, porque en el campo así como en localidades rurales siempre, ayer y hoy, se valora infinitamente más lo hecho en casa. Saludos, un gusto leerte y un abrazo desde el otro lado del mundo. Carolina

    • Responder
      Elisabet
      15 julio, 2016 a las 9:51

      Muchas gracias Carolina por tus bonitas palabras para el blog y por animarte a compartir tu experiencia.

      Saludos rumbo Chile***

    • Responder
      Roseta
      15 julio, 2016 a las 10:48

      Hola Carolina,

      me encanta tu razonamiento sobre los pasteles y manualidades, cuando dices que en localidades rurales se valora desde siempre infinitamente más lo hecho en casa, tienes toda la razón! No me lo había planteado así, pero eso es! Así es también mi experiencia, no veo tantas diferencias entre España y Alemania, sino más bien, diferencias entre grandes ciudades y un entornos rurales… Desde mi opinión personal, creo que en ocasiones, algunas de las diferencias que Eli nos menciona, no son solamente España vs. Alemania, sino que en parte se deben a la comparación de la vida en la gran Barcelona con la vida en una pequeña ciudad de Baden-Württemberg, no? Un saludo!!!

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